A mitad de camino nos
esperaba quien hoy es mi compañero de
andanzas, mi amigo un loco lindo y suelto que comparte mi locura, que se
gano mi corazón no solo por arrastrarme en sus kilómetros, sino porque me entro por mi
lado débil; si amigos se compro mi macarena, quienes conocen la bety saben
que tienen el camino allanado si cuentan con la aprobación de mi guainita.
Jorge nos esperaba en la
terminal de mi pueblito, paso obligado de nuestro viaje, con una sorpresa que hoy mirando atrás me parece increíble ver
como empezó: Un cartel hecho a mano en cartulina amarilla, hoy reliquia que
rezaba ACV LITORAL y debajo del mismo Maca, Jorge, Bety y Agus.
Si tengo que contar
detalles de ese día, aparece por ejemplo el trayecto de ida con un Jorge
emocionado que me tiraba la idea de armar un fans club y una Maca que solo quería viajar para ver a la Sole y contarle que la escuchaba desde que estaba en
mi panza ( Pobrecita diría la señora un rato después cuando Maca la encontraba
en la puerta del hotel después del recital y le contaba que desde antes de nacer
ya sabía quien era la Sole).
Una foto con el viejo y mítico primer micro de
gira que tantas alegrías nos dió, la foto con el maestro Spinassi que hoy
cuando la miro digo, la pucha que fue acertada porque hoy es una reliquia, una
Agustina que se nos sumo temerosa y tímida pero con la ilusión intacta de ver a
su ídola esta vez de local y que quedo bajo nuestro cuidado, con miles de
recomendaciones de sus papis Elena y Domingo, dos amigos con mayúsculas que
tiempo después compartirían muchisimos destinos junto a su niña y a
nosotros. La historia de Agus y sus papás viajeros va a ser motivo de una
crónica especial que mas adelante desandaré con más tiempo, esta vez me quedo
con la niña que junto a mi Maca vivió uno de los momentos más lindos de su vida
esa vez. Ella era local y anfitriona.
O tambien se me vienen recuerdos de un pibe que se nos apareció solitario
vistiendo una remera de “Vivo en Arequito” que había vivido un tiempo antes y
que hoy para nosotros es Oscar de libres o el gordo como nos gusta llamarlo
cariñosamente. El y su loca manera de enamorarse una y otra vez en cada gira,
pucha que se me amontonan recuerdos mientras escribo, ese día también se grabo
“Lucerito alba”, que formo parte del disco “Vivo en Arequito”.
La caminata
alocada de Jorge y Maca dos cuadras adelante eufóricos mientras yo detrás los seguía enojada porque me hacían caminar mas de lo que estaba acostumbrada.
Para el final de este
cuento me quedo con mi encuentro con ella por primera vez y mi primer
foto. Las primeras palabras y la inmensa emoción que sentí cuando la ví, tan
simple, tan humilde, tan fresca; quizás ella no sepa aún el efecto que
produce en nosotros y sea un poco inconsciente, o no, de lo importante que
es en nuestras vidas.
De ese día hay un recuerdo que permanece intacto en mi
retina y fue verla escuchar con tanta
atención la anécdota de mi niña, una simpleza pocas veces vista en un artista
de la talla de Soledad, lo esencial es invisible a los ojos dicen y es por
eso que lo que vivimos ese día nos marco a todos. Me quedo con la sonrisa
nostálgica de todos al volver a casa, sin saber que ese día empezaría un camino
que aun no conoce final.
¡Hasta el próximo
encuentro chamigos!
Bety.
Mocoretá, Corrientes.
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