lunes, 27 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD: HOY LA HISTORIA DE JOLE DE VILLAGUAY PARTE DOS



  Buenas y santas diría el paisano que acompaña mis historias y que espera ansioso al duende festivalero que suele traerme historias de la Sole.
  Esta  que les traigo esta vez tiene su segunda parte y tiene como protagonista a una piba de Villaguay, conocida como Jole,  que vino de la mano de la piba de Arequito que yo tanto amo. Pero hoy no les vengo a hablar de la piba fanática de la Sole, sino de una faceta de mi amiga que muchos desconocen, pero que en estos tiempos se hace tan necesario y cobra un valor distinto. Villaguay, como le digo yo, ejerce una profesión que no suele ser muy común entre mujeres, pero que ella ama y abraza con una convicción igual a su fanatismo por la gringa de Santa Fé. Jole es POLICIA.
  Su historia con su actual trabajo viene desde hace un par de años, y está ligado a su familia, cuando tuvo la posibilidad de conocer un poco más ese mundo que le era desconocido, allá por 2014, pero que le iba a permitir tener una profesión estable además de hacer algo que le gustaba. Nada fue fácil para  mi amiga, y eso  aplica en varios ámbitos de su vida; es por eso que este presente que hoy tiene se disfruta de otra manera. Porque el camino hacia su actualidad estuvo lleno de sacrificios, de levantarse de madrugada para recorrer hospitales, centros de salud públicos, donde se iba realizando los estudios que le pedían para poder ingresar, el esfuerzo de su gente que la apoyo incondicionalmente y tantos otros contratiempos que hacían el camino más difícil. Pero a Jole eso no le importaba, si hay algo que tiene esta piba de ley como le digo yo, es tenacidad y una fuerza que la hace imparable a la hora de lograr sus metas.
   Por eso cuando le llego la posibilidad de rendir su exámen, luego de haber enviado la documentación requerida con mucho esfuerzo, no lo dudo, y partió, llena de miedos, cosas nuevas, pero con la convicción intacta. Jole aprobó su primer examen y de ahí le siguieron otros más que los fue sorteando con éxito y de paso acostumbrándose a nuevas costumbres que traía la vida de policía.
  Sus días en la escuela de la policía en Paraná, empiezan tres meses después de haber rendido su exámen, cuando volviendo de jugar al rugby, la espera su mamá con la sorpresa de que la esperaba un policía para informarle que debía presentarse al Lunes siguiente para comenzar a cursar la carrera de agente.
   Jole recuerda sus 8 meses en la Escuela hoy con una sonrisa, pero no olvida lo difícil que resulto pasar por esa experiencia, sin lugar a dudas que valieron la pena, ya que hace 5 años Jole es policía, y si bien arrancó como agente, hoy es cabo y sigue ascendiendo a paso tranquilo pero firme. Recuerdo haber visto las fotos de su graduación en Mendoza, y haber visto la felicidad en los ojos de mi amiga, y sé que todo valió la pena.
    Villaguay se recibió en  el año 2015 y forma parte de la XIII Promoción de agentes femeninos con orientación en seguridad en Paraná, y yo que tengo la suerte de conocerla un poquito más, sé que es la persona indicada para esta profesión. Minas rectas si las hay, Jole es una piba para la que la palabra endeudada tiene el valor de un documento, así anda por la vida orgullosa de ser policía. Como todas las cosas en esta vida, algunas veces el camino se le hace cuesta arriba, y todo pesa un poco más. Pero Jole tiene la mejor compañera de aventuras que el destino le pudo dar. Casada hace un par de años con la dulce Lucy, una piba fuera de serie que acompaña a mi amiga por donde quiera que va, Villaguay por estos días forma parte de los controles que se hacen en su ciudad, y se tuvo que adaptar a los cambios que nos trajo esta pandemia que aún no nos mostró su peor cara. Su trabajo se alterna en la comisaria donde hoy trabaja y los puestos que están a la entrada en Villaguay, cumpliendo la función de cuidarnos a todos aquellos que tenemos la suerte de estar en casa.
  Muchas veces las jornadas no son fáciles, y sin duda alguna al final del día se hacen notar, pero a Jole eso no le importa, tiene en su mundo aparte, un par de cables a tierra con los que es fácil desconectar. Entonces cuando puede disfruta  de  su  club ADEV  junto a  Lucy, o se deja llevar por esa música que a todos nos sana de alguna forma, y que viene de la mano de Soledad.
Yo me la voy a cruzar en algún recital, cuando todo esto pase, y como cada vez que la cruzo, se va a venir, con una sonrisa enorme,  y sin importarle con quien este, me va a regalar esos abrazos inmensos que yo disfruto tanto, y me va a decir con esa alegría y esa sencillez que es tan propia de ella HOLA CORRIENTES QUE LINDO ES VERTE DE NUEVO, y vamos a volver a matear y a charlar como si nos hubiéramos visto ayer.Así es Jole todas las veces que la vi, gaucha, buena gente, frontal como pocas, con esos gestos que no suelen verse siempre, como aquella vez, que pudiendo estar en primera fila en un recital, ella no lo dudo y se vino donde estaba yo, con el resto de los chicos, y disfruto un poco mas atrás. Conmigo tuvo muchos de  esos gestos y se ganó mi eterna lealtad.
   Siempre que pienso en Jole, el tema que se me viene a la mente es Vivir es hoy, no se aun porque, quizás porque lo que representa la letra de ese tema esta muy ligado a su historia; no lo se; me pasa y no lo sé explicar.
   Gracias Villaguay, por cuidarnos, por esa profesión linda que elegiste y que defendes con tanto orgullo; a mí se me infla el pecho cuando me hablan de tu ciudad, porque sé que allí tengo una amiga, de esas de ley que tanto quiero yo, que hoy mientras yo me quedo en mi casa, ella sale a hacer patria por mi, por Lucy, por su familia, y por tantos más.
   En Jole va el gracias extensivo a sus colegas que suelen acompañarla en sus guardias habituales,y que salen como mi amiga a cuidarnos a todos, dejando en casa a sus familias que los esperan preocupados.  Yo me despido de ella por enésima vez, chiste interno de por medio; para no perder la costumbre, y que hace que me gane esas frases que suelta jole diciéndome entre risas "metele que son pasteles"; mientras le pido que se cuide, que la quiero abrazar pronto; después de todo me debo una visita a su ciudad, cuando todo esto pase y podamos reencontrarnos.
  El paso de mi amiga por mi blog sin duda alguna va a tener una tercera parte, ya lo creo yo, y créanme, no tiene desperdicio.
   La yapita de esta historia tiene que ver con ese carácter tan propio de ella, que una vez que las cosas no salieron como estaban pautadas, en un viaje que hicimos juntas, me lo reclamo sin dudar, pero el reto no fue para mí, sino para quien hizo las cosas mal, ella no mezcla las cosas, yo sigo siendo su amiga y sé que con ella puedo contar. También sé que si un día le llega una propuesta de volver a recorrer camino juntas, si sabe que estoy yo, no pregunta, ella y Lucy se suman así nomás. Me despido hasta la próxima historia chamigos, por acá suena bajito  una versión acústica del tema con el que identifico a mi amiga, mientras yo me dejo guiar de nuevo por el sonido de la voz de esa gringa santafesina que tanto quiero y me hace soñar.
   
  

                      HASTA LA PROXIMA HISTORIA CHAMIGOS
   
                           BETTY DE MOCORETA CORRIENTES

  


miércoles, 22 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD: HOY LA HISTORIA DE ELIANA



   Buenas y santas saluda el paisano que me acompaña por estos días cuando me siento a decir gracias a través de mis historias. Y antes de presentarles la que les traigo esta vez, me detengo un momento para agradecer, a los que han hecho girar y girar mi blog, porque de esa manera lograron multiplicarse los gracias a cada uno de los profesionales que hemos querido homenajear. Es muy lindo ver como la gente cuando descubre a la persona que hay detrás de cada uniforme, se toma un tiempito para dejarle su gracias. Créanme que cada palabra, es un mimito al alma como me decía alguien ayer, y no es poco. Así fue como se  fue creando una linda cadena de cosas lindas compartidas y me fueron llevando a conocer otras historias como esta, que una vez más viene de la mano de mi amiga Dai. Cuando ella me lo sugiere no me sorprende; yo sé quién es mi amiga; pero es para destacar un gesto así, como el de Julieta también por ejemplo que siempre me está sumando ideas, y de todos aquellos que se suman día a día a esta loca y linda forma de agradecer.
 Hoy les traigo la historia de Eliana, la hermana de Daiana, que para mi sorpresa arranca  por el 2004 como bombero, capacitándose en cada curso que aparecía relacionado a la emergencia y que hoy por esas cosas que tiene el destino preparado para nosotros ejerce la linda profesión de ser ENFERMERA.

    De 2005 a 2008 Eliana estudio enfermería en Concordia, y en el camino me cuenta todos los contratiempos y malabares que hubo que hacer para combinar la casa, el estudio, su vocación de bombero, su trabajo y su tarea más importante: ser la mamá de Juan y Tomás.
   Aquí ella se emociona con el recuerdo del día en que rindió su última materia, y yo también; porque aparecen dos cómplices incondicionales de su mamá, que ese día la esperaron con un cartelito sin saber aún el resultado del exámen . Ellos ya sabían que Eli lo iba a lograr. Es muy difícil separar la mamá de la profesional ,dice la enfermera de mi pueblo que hoy trabaja y vive en Buenos Aires, pero ella habla de calidad de tiempo y no de cantidad. Es por eso que se las ingenia siempre para estar en los actos escolares de Juan y en los partidos de fútbol de Tomás.
    Su primer trabajo fue en Casa Barbieri, como enfermera y administrativa, multiuso, después en Termas en Chajarí, en la salita que funciona por acá, y luego en el hospital también de Mocoretá.
    Nadie es profeta en su tierra dice Eli, y aunque yo me permito disentir con ese dicho, entiendo que se adecua a cada uno según su experiencia. Ella recuerda con mucho cariño su trabajo en Federación; lugar del que guarda incontables experiencias y grandes amigos que todavía conserva. De allí vendría su traslado a Buenos Aires, siguiendo y apoyando la carrera de Tomás, Y donde arrancó trabajando en una residencia geriátrica, y donde tuvo que especializarse, pero a ella no le importó. Si le preguntas que parte elige  de su profesión, Eli prefiere siempre estar en el inicio de la vida de cada una de las personas, pero en ese trabajo descubrió una faceta en su profesión que aun desconocía.
   El hacer bien las cosas la llevo a un nuevo trabajo, donde se desempeña como administrativa, en una residencia geriátrica privada, pero esa vocación que la llevo a ser enfermera y esa manera inquieta de ser le abrió las puertas del Sanatorio Güemes donde también se desempeña trabajando de lo que más le gusta: la carrera para la que se formó.
  Es la primera de las enfermeras que me toca entrevistar que está tratando en primera línea con pacientes de COVID 19, ya que su sector de repente se transformó en sector exclusivo para ese tipo de pandemia. Y ahí es donde yo tengo que detenerme y volver a reprogramar mi forma de escribir; porque esta pandemia si algo nos está  enseñando, es ver y valorar lo realmente importante. Eliana me habla de Juan su hijo, que estudiaba en Córdoba, y que cuando arrancó esto de la cuarentena y luego de consultarle acerca del lugar más seguro para cuidarse,  no lo dudó, le dijo ándate a Mocoretá con tus abuelos. Tomás en cambio estaba con su mamá, y cuando ella se encontró con que su piso se había declarado en exclusividad para atención a pacientes de COVID 19, no tuvo dudas de nuevo; no había lugar más seguro que ese lugar en el mundo que compartimos y se llama Mocoretá.
  Yo le pregunto si hay alguna anécdota que haya marcado su trabajo y me habla de un parto que le tocó asistir, solita ella y su alma como decimos por acá, en la ruta mientras iba de traslado en la ambulancia y como ese día la niña que habitaba en la panza de su mamá decidió que era momento de venir a este mundo, no se anduvo con vueltas y se adelantó, regalándole a Eli una de las experiencias más lindas que guarda celosamente.
   Alguna que otra anécdota de algún traslado con alguien conocido, que inevitablemente hoy la hace reír; porque en ese momento en que uno está asustado; es donde se aferra a la fé y a quien sea necesario para poder salir adelante, y que hoy gracias a dios es una anécdota para contar; pero en ese momento obligo a Eli a hacer uso de esa frialdad y esa templanza que tiene para ejercer su profesión, ya que cuando se trata de personas con las que compartís a diario, se torna difícil. Ya lo creo que atender pacientes en Mocoretá no ha sido tarea fácil para ninguno de los que les toca cuidarnos, ya que acá nos conocemos todos, y no ha de resultar sencillo correrse del lugar de conocido o amigo para darle el lugar al profesional de la salud a actuar de forma neutral.
  Licenciada en enfermería, y capacitada en autopsias con unos títulos y palabras que al igual que cuando me habla mi amiga Romy son chino básico para mí, pero sé que son importantes, Elí sueña con ejercer la docencia en Mocoretá a través de su profesión; poder transmitir todo lo que aprendió, que de hecho ya lo hace en parte, en su actual trabajo , ya que suele tratar con enfermeros que recién ingresan y los capacita y los guía en sus primeros pasos.
   Cuando le preguntan porque no estudio para ser doctora, dice muy segura, “no soy doctora porque me gusta ser enfermera”; porque esta profesión que ella eligió por pura vocación va mas allá de atender y medicar, sino que a veces es un poquito más simple y requiere de una calidad que solo la suelen tener los enfermeros. Eliana dice que en cuestiones de salud es 50 % voluntad y ánimo del paciente y el otro 50 restante medicina y creo que tiene razón. A veces la diferencia está en los detalles y en las formas.
  La historia de Eliana me conmueve, porque desde que arranque este blog recibí todo tipo de historias, que voy plasmando lentamente, pero hasta ahora no me había topado con alguien que trabaje directamente con casos de COVID 19, lo que no hace menos valiosas las demás historias sino al contrario; pero en este caso; como el de esta enfermera de mi pueblo, que hoy trabaja lejos, se dejan ver dos caras de una misma moneda y la valentía de quien en momentos difíciles como estos; divide su corazón en dos partes; y elige enviar a sus hijos al lugarcito que ella considera el más seguro del mundo, y con lo que coincido plenamente; porque ya saben ustedes que no hay como el pueblo de uno para refugiar nuestros tesoros mas sagrados; y por otro lado ponerse la capa de super héroe invisible de la que yo hablo en mis historias y dejar sus miedos, sus inseguridades para hacerle frente a ese desafío que hoy nos acecha a todos y no nos deja dormir tranquilos, pues no sabemos de qué se trata, solo sabemos que daña sin distinción de clases sociales ni razas.
    Cuando me voy despidiendo de ella, con un lindo nudo en la garganta, que no me deja hablar, le propongo un desafío a Eliana; y es demostrarle que ese dicho que ella sostiene y que mencione antes no es verdad. Ya que no hay gente más orgullosa de sus hijos que mi lugar en el mundo, mi Mocoretá. Y  les dejo una frase que hoy marca a la enfermera de mi pueblo y habla de que aprendió a valorar su vida, cuando le tocó tener en sus manos la vida de los demás, mientras suena bajito un tema de la Sole que se llama “mi pueblo” al azar.
    Requiere de mucho valor hoy en día la profesión que elegiste, Eliana, pero por alguna razón que desconocemos, y como dice Juli en su historia, creo que sin duda alguna, formas parte de ese grupo de elegidos para hacerle frente a este mal. No me caben dudas de que a esta batalla,  la vamos a poder ganar. No tengas miedo chamiga, vos hacé patria nomás, acá en tu lugarcito en el mundo, cuidamos de tus tesoros mas preciados, en tu nombre, hasta que puedas regresar. En vos ,va el GRACIAS a todos aquellos profesionales, que ya les toca  dar pelea, para que en los pueblos pequeños como el nuestro tengamos mas tiempo para prepararnos para lo que vendrá.
     GRACIAS ELI POR ESA VALENTÍA DE TODOS LOS DÍAS, POR ESA VOCACIÓN TAN LINDA QUE ELEGISTE Y QUE DISFRUTAS.
 
                           HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO
 
                              BETTY DE MOCORETÁ CORRIENTES
 
 

 

martes, 21 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD:HOY LA HISTORIA DE LUIS CARDOZO



  Buenas y santas saluda el paisano que comparte conmigo historias de todos lados, y que esta vez me regalo la música que acompaña a mi protagonista.
Hoy me dejo sonar al azar, como es cábala, por las costas entrerrianas, de Soledad, vaya a saber uno porque, pero me llevo directo a los primeros discos de mi gringa, esa que me acompaña tanto, y acompañada de mis infaltables amargos, me dispuse a escuchar la historia de Luis: un enfermero de mi pueblo.
   La historia que les traigo hoy, viene de la mano de alguien que cuando me hablo del nominado para mi blog, me dejo ver una  de las cosas más lindas que yo disfruto tanto a la hora de escribir: María José, su hija, habla de su papá y se emociona, y eso me da la pauta de que ustedes cuando la lean también lo van a hacer.

  Luis, EL ENFERMERO de mi pueblo, trae su vocación de pequeño, cuando después de una congestión pulmonar que lo tuvo en cama varios días, y una enfermera que venía a diario a ponerle su inyección, descubre una de las profesiones más lindas: la de ayudar a sanar.
   Esos días complicados en cama le dejaron dos cosas que aun hoy recuerda: un amigo pequeño, hijo de aquella enfermera, con el que solía ir a la salita donde ella trabajaba, y la posibilidad de descubrir ese mundo que para el hoy es tan normal: el de la enfermería.
  Su camino en ese rubro siguió en el servicio militar, cuando debido a la capacidad en la que se destacaba cada uno tuvo la posibilidad de pasarse al sector enfermería, lo que le valió el reconocimiento de soldado distinguido. Después  de un año y medio preparándose y formándose en el ejército, realizo los trámites para ingresar a gendarmería donde gracias a su experiencia en sanidad tuvo la posibilidad de cursar la carrera de enfermería, realizando varias capacitaciones en varios lugares del país entre ellos Formosa.Luis se recibió alla por 1980.
   Por esas cosas que tiene el destino y con una familia a cuestas, Luis se traslada a Ingeniero Maschwitz, a trabajar de casero, por 5 años; así que cartel de por medio, se transformó en el enfermero de los barrios aledaños, trabajo que combinaba con el cuidado de un abuelo, y que hacía que recorra 15 km diarios para cumplir con su labor en su fiel bicicleta que lo acompañaba.
  Hasta que llegaría al fin el llamado del Hospital Robinson, uno de los tantos lugares donde había dejado su curriculum. Un 29 de Diciembre de 1990, salía su nombramiento como personal de planta permanente en aquel lugar, y como anécdota orgullosa, Luis me cuenta que  tardo 3 meses en venir a tomar su puesto, ya que se había hecho muy querido con sus patrones donde estaba, y le habían pedido que el mismo busque alguien que lo reemplace, alguien de confianza como el. Hombre estricto y de palabra Luis cumplió,  y se vino a tomar su puesto para estos pagos, recién en Marzo del año siguiente.
   Lo que lo lleva a buscar un lugar en mi pueblo, está ligado directamente a mi viejo, y una de sus tantas acciones para con los demás, que quizás a los que no lo conocen les parecerá extraño, pero para quienes lo queremos y sabemos quién es, no nos es ajeno un gesto así. Mi viejo le dijo “Luis yo te voy a dar una mano y asi fue”.
   Así llega Luis a Mocoretà, de la mano de un tordillo y con una linda mochila cargada de sueños, experiencia vivida a lo largo de su profesión y sus ganas de progresar y echar raíces.
  Lo que sigue  para la mayoría de los que vivimos acá, es de público conocimiento, y es una de las razones que hizo que María José, su hija, se emocione cuando me habla de eso. Su niña, dice orgullosa ,que se le llena el pecho de orgullo cuando suelen contarle alguna anécdota vivida con su papa el enfermero.
  Partero de tantas guardias, ya que debido a su experiencia en hospitales grandes eso hacía que el fuera el elegido cada vez que había que ir a una casa a asistir a alguna mamá que no le daban los tiempos de llegar al nosocomio de nuestra localidad. Entonces ahí estaba Luis, para las primeras  atenciones, siempre de la mano de su inseparable caja como él llama a su elemento de trabajo, acompañando al chofer de turno. Vaya a saber cuantos bebes ayudo Luis a traer al mundo, pienso yo ,mientras imagino que no ha de haber cosa más linda que estar presente en el milagro del inicio de una vida, y poder ayudar.
  Todos los que conocen al enfermero de mi pueblo saben que es alguien estricto, recto y que no lo vas a sacar fácilmente de su eje. Cuando lo ves a primera vista, parece alguien serio, y de carácter difícil, pero basta con que charles con el para darte cuenta de que solo es una fachada, muchas veces necesaria en su profesión. Porque detrás de esa seriedad fingida, se esconde un tipo  gaucho, de sonrisa cómplice, con esa templanza que hace que quienes vamos asustados, con alguna dolencia al hospital, cuando nos topamos con él, nos transmite esa sensación de que todo va a estar bien.
   Luis recuerda sus inicios en Mocoretá, cuando recién llego, partero, chofer de la ambulancia, pero feliz, siempre acompañado de Dios, lleno de vocación y espíritu, con 31 años de servicio a cuestas,y con incontables anécdotas en su haber. Recuerda con orgullo su paso también por la comisión de la Escuela 644 donde junto a sus compañeros supo hacer tantas cosas en pos de esa Institución a lo largo de tantos años, y que le han dejado grandes satisfacciones del deber cumplido.
   Su cable a tierra después de las guardias, cuando tiene tiempo libre es ir a pescar; gaucho apasionado de esta actividad me cuenta su hija ;quien me recuerda también sus años jugando al fútbol con los veteranos de Mocoretá, junto al entrañable Roque Palauro,  y tantos más.
   En la actualidad sus días se reparten entre cumplir su labor en los puestos sanitarios apostados en la localidad, donde le toco celebrar su cumpleaños hace poco, trabajando, y en el hospital, decidió priorizar su tarea en atender el seguimiento a las embarazadas de por acá, siguiendo ese espíritu de estar cerca de aquellos que deciden venir al mundo en esta época tan dura que nos toca vivir.
   En su casa es el marido de Charito, el papa de Maria Jose, Damian,Lorena y Melina, y el orgulloso abuelo de Santino, Zoe e Isabella y sus días transitan con la calma de quien sabe que todo esto va a pasar. Si te lo cruzas por la calle, me imagino que mas de uno tiene una anécdota para compartir con el, en mi caso particular, supo divertirse a costillas nuestras con su paciente calculo yo ;mas llena de mañas y acompañantes ;que nos tuvo al trote un buen tiempo, pero que cuando llegábamos al hospital, milagrosamente se le terminaban todos los males, mientras que nosotros después de un buen susto, nos tocaba volver a casa como si nada, mientras Luis que ya conocía a mi Maca, sonreía cada vez que nos veía llegar, y se ocupaba de calmar a mi guainita, y a toda la familia que venía detrás. Si pues; cada vez que a maca se le daba por darnos esos sustos; íbamos todos al hospital.
  Luis carga experiencia sobrada en su haber, acostumbrado a lidiar con muchos sinsabores a lo largo de su profesión y de su vida, pero sin duda alguna, en  todos estos años no perdió eso que lo acompaño siempre y que hace que aun hoy siga sintiendo lo mismo cada vez que se va a cumplir con sus guardias: su espíritu y su vocación de servicio. Le falta poco para jubilarse, pero algo me dice que nunca va a dejar del todo esa profesión que tanto ama.
  Si quiero saber que es una de las cosas que mas extraña de estas épocas en que nos toca vivir guardados, puedo decir sin temor a equivocarme, que una de ellas son  esos asados una vez a la semana ,con los caballeros de la mesa redonda, unos pibes con los que se junta a comer desde hace ya mas de 15 años y que forman parte de sus amigos mas entrañables. 
  Hoy es uno de los tantos héroes sin capa, firme que nos cuida en esta pandemia, que aún no nos mostró su peor cara, y me asusta, pero también me da la pauta que si hay profesionales como Luis, nada va a estar mal.
   GRACIAS CARDOZO COMO TE CONOCEMOS ACÁ POR ESE ESPÍRITU TAN TUYO Y POR ECHAR RAÍCES POR ACÁ.
                               
                           HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO
            
                                      BETTY DE MOCORETÀ CORRIENTES
 
  
 

martes, 14 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD: HOY LA HISTORIA DE JOEL


            
  Buenas y santas saluda el paisano que los recibe al comienzo de mis historias, y que suele anticipármelas a través de la música que me regala.
   Nobleza obliga, tengo que contarles cómo llegan a mí todas ellas; en este caso, la que les traigo hoy viene de la mano de mi amiga Daiana y de mi hermano Alexis que junto a mi vieja; una de mis fuentes de información inagotable junto a papa; hacen de cómplices aportando alguna anécdota. Por eso cuando me llegó la hora de hablar de Joel, me encontré con que además de tenerlo presente cuando solía venir a jugar a casa con mis hermanos de niños, seguía siendo el mismo pibe de esa época. Después de todo  eso, es lo que en estos tiempos importa, y lo que intento descubrir desde que empecé a escribir este blog, tratando de mostrarles la esencia de cada protagonista, saber que hay detrás del uniforme que portan.
   Joel era vecino del barrio, por lo que era normal verlo jugar con mis hermanos, cuando éramos todos más chicos; y es que eso es lo bueno de los pueblos: acá  nos conocemos todos y no perdemos el contacto. Mi protagonista de hoy tiene una de las profesiones que está en primera línea de batalla con esta pandemia que nos aqueja a todos, junto a los profesionales  de salud y otros tantos. Joel es POLICÍA de mi lugar en el mundo.
    Arranca su historia contándome de aquella tarde, en que se encontraba, mate de por medio, charlando con su cuñada Rosaura, y le comentan acerca de la posibilidad de incorporarse al ejército, sueño que en esa época, era el de todos los pibes del barrio, por esos días, soñar con vestir un uniforme era el deseo de muchos de acá en mis pagos.
    Así que siguiendo la novedad, se fue a Chajari, al Regimiento de Tanque 7, lleno de miedos, expectativas, nervios, donde se inscribe, y recibe el llamado a la semana siguiente para realizar la prueba física, que supero exitosamente. Tiempo después llegaría un examen más riguroso en Curuzu Cuatia, y con él, sus primeros 4 meses de entrenamiento intensivo. Joel es un pibe de hablar pausado, como quien mide sus palabras, y ejemplo que deberíamos tomar varios, como yo, que ando por la vida soltando lo que pienso sin filtro, y que me ha sabido ganar varios enemigos. Joel me habla de esos días y pasa por todos los estados, me cuenta de momentos buenos compartidos con sus compañeros de entonces; y de otros que no lo han sido tanto; pero que le sirven para valorar hoy en día todo lo que ha logrado con tanto esfuerzo.
   Mi vieja dice de Joel: “es un pibe que todo en su vida es a base de sacrificio y constancia”, entonces sus  años en el Ejército son fruto justamente de eso. Un 20 de Junio  de 2006 juro la bandera, y comienza una historia en el Ejercito que duro 6 años, y del que aún conserva grandes amigos. Pibe laburante de pueblo, recuerda sus días de remisero, después de salir del mismo; hasta que un  conocido del pueblo, hoy colega suyo, y lo invita a inscribirse a la policía de Corrientes. Con el tiempo justo y con la suerte de que la Inscripción era para Interfuerzas; es decir que incorporaban personal que venían de otras fuerzas como gendarmería, prefectura, por mencionar algunos ejemplos, Joel viajo hacia la capital correntina a presentarse al CEP (Centro de Entrenamiento policial).Lleno de miedos de nuevo, pero con mucha fe, de esa  que lo acompaña en cada paso que da.
   Allí permaneció por 9 meses lejos de su familia, realizando un entrenamiento intelectual y físico, donde se pudo formar. Su hijo, el gran motor de su vida y su familia fueron fundamentales para Joel, ya que eran quienes le daban fuerzas para seguir. Hasta que un 29 de Noviembre de 2013, sale el decreto que decía que se transformaba oficialmente en policía de la provincia, y su primer destino fue justamente el lugar que lo vio crecer: Mocoretá.
Mientras voy pensando en el orgullo que habrá sentido por esos días en que llego a cumplir sus funciones por acá, Joel me sorprende con su buena memoria, para las fechas, las anécdotas y esa facilidad por no olvidar.
  Entonces me habla de su primer procedimiento, ese que lo supo marcar, pues le toco ver de cerca como un accidente trunco los sueños de un pibe  joven ; como él; que días anteriores, le había consultado a Joel sobre los requisitos para ser policía . Y es que esas cosas tiene el destino , y el trabajar en tu pueblo, con la gente con la cual soles cruzarte a diario, ya que te podes topar con la tristeza del final de alguien que conoces, o con la llegada al mundo de un bebe como le paso a Joel en una de sus guardias, momento que recuerda con orgullo, y que le valió un reconocimiento a nivel provincial, tanto él como sus compañeros.
   Cuando charlamos acerca de que datos poner o que no en el proceso de su historia, me deja elegir a mí; y yo soy una convencida que es necesario una mezcla de  lo bueno y lo malo de la profesión de Joel, porque ese es uno de los objetivos de mis líneas, además de agradecer por cuidarnos. Que quizás si conocemos algo más de la historia que hay detrás del uniforme, logremos ponernos aunque sea un poquito en el lugar del otro y valorar su labor.
   Después de todo, Daiana y Joel los policías, Julieta la enfermera, por mencionar algunos de mis héroes sin capa, son personas como vos, como yo, que en el momento que se calzan su uniforme dejan detrás suyo familias, gente querida por la que pensar.
   La familia que espera a Joel al volver de cada guardia son María, su esposa y su hijo Alexander ; quienes al igual que Daiana con los suyos, cada vez que se va a trabajar, quedan en casa preocupados, pero orgullosos de la profesión de este pibe de mi pueblo, que hoy se desempeña como chofer en su guardia, y cumple funciones también en los puestos sanitarios que se instalaron en nuestra localidad.
  Yo le pregunto por sus sueños pendientes, y el me contesta que anhela terminar su carrera en la policía con la máxima jerarquía a la que pueda llegar, y que cuando hablamos de cual es su escape los días en que las guardias se vuelven difíciles y cuesta un poquito más. Joel me dice: yo juego con mi guricito en casa y no pienso en nada más.
Me pregunto si es difícil ser policía en mi pueblo , y Joel me dice que si, porque acá nos conocemos todos, pero que es algo que aprendió a manejar.
  Hoy, con el correr de los años, quienes lo conocen saben que en el patrullero es el policía que nos cuida y se respeta como tal, mientras que en casa, y de entrecasa, es el mismo pibe que jugaba con mis hermanos en la canchita de casa; pero lo mas importante; es que ambos ,conviven perfectamente el uno con el otro sin ningún drama.
  La yapita de esta historia, es la ver la calidez con la que se sienta a charlar con mi vieja, cada vez que viene por algún trámite a casa, como si no hubiese pasado el tiempo, como si aún fuera ese pibe de aquel tiempo. Ahí justamente está el secreto creo yo; el que a pesar del uniforme que tengas; y el cargo que portas, no te olvides de tus orígenes, y conserves siempre tu esencia, esa de pueblo, la que importa por acá.
    Me despido hasta la próxima historia chamigos mientras suena bajito un chamame de esos que entona la sole que tanto quiero y que se llama “ principios”, y que habla justamente de todo esto.
   GRACIAS JOEL POR CUIDARNOS, POR HACER PATRIA DESDE TU LUGAR, HOY TU PROFESION COMO LA DE TANTOS OTROS SE TORNA IMPORTANTE Y DIGNA DE VALORAR, PUES MIENTRAS NOSOTROS NOS QUEDAMOS EN CASA, VOS CON TUS COMPAÑEROS FORMAN PARTE DE ESE GRUPO QUE LE TOCA PELEARLA, PERO LO HACEN SIN DUDAR.
                            HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO
                              
                             BETTY DE MOCORETÁ CORRIENTES.


  


jueves, 9 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA: HOY LA HISTORIA DE DON FOCHE” DE ITALIA A LA ARGENTINA DE LOS SUEÑOS POSIBLES”



   Buenas y santas diría un paisano, que hoy cuando me trajo esta historia, quizás como un presagio de lo que vendría, me regalo música de Italia, de esas que evocan nostalgia, vivencias y noble vida.
  Así llego a mi la historia de  don Juan Fochesato, “DON FOCHE” para todos . Para los que recibimos el regalo yapita de ser abuelos; sabemos que el lazo con los nietos; es un pacto de amor distinto, puro, sano, mezcla de ternura y admiración, de risas y emoción contenida cuando nos dan un abrazo; y de tantas cosas más; que los que como yo pueden vivirla, sabrán de que les hablo. Así es el cariño de la dulce Cecy, una piba buena gente y de sonrisa fácil; con su abuelo don Juan; esta vez en calidad  de vocera oficial de toda la familia, para contar la historia de ese inmigrante nato, que vino desde tan lejos, siendo un niño, a hacer de Argentina su patria.
  Don Foche llego a nuestro país allá por 1922 con tan solo 4 meses de vida, escapando junto a sus padres de la gran guerra mundial, la primera, que afecto la dinámica de gran parte de Europa, y en la que Italia no quedo ajena. Así fue como llego a nuestras tierras, y se alojó en el Hotel de Inmigrantes en Bs. As primero para después , a través del Estado, con la Ley de Inmigración y colonización N°817, dictada por el Congreso, en la presidencia de Nicolás Avellaneda en 1876, se le concedió junto a sus padres tierra para labrar en Villa del Rosario, donde vivió varios años, para luego trasladarse a San Ramón, Entre Ríos, donde un joven Juan Fochesato, sellaría su destino cuando se enamora de  Esther Jacinto, y con quien formaría una de esas historias de amor que a todos nos gusta contar a los nietos, y que resisten el paso del tiempo, y va pasando orgullosa de generación en generación. Se casaron un 12 de Junio, allá por 1948, me agrega cecy como dato anecdótico.
     Los 15 hijos, 41 nietos, 53 bisnietos y 6 tataranietos, resumen la vida de mi protagonista de hoy, dueño de unos ojitos celestes y una mirada, mezcla de ternura y nostalgia, que cuando me lo suelo cruzar por las calles del pueblo, me provoca ese nudo en la garganta que es inevitable pues me conecta directamente con un nono cabeza blanca que alegra mis días, muro de por medio, cuando me pone esos chamames y se sienta mirando lejos, mientras recuerda nostálgico.
    Antes de llegar a Mocoretá,Esther y Juan, se radicaron en Colonia San Andrés, Colonia Raceta mientras iban formando esa linda y numerosa familia que hoy habita en mis pagos.
    Los vecinos de don Juan, o quienes pasan por el frente de su casa actual,  suelen ser testigos del sonar de su inseparable bandoneón, con el que evoca viejas melodías, que supo tocar, y que fue su fiel acompañante en las fiestas familiares.
   Zulma, una de sus hijas, quien lo visita todos los Sábados sin falta, nos hace de cómplice de anécdotas y nos cuenta que de  pequeños, cuando venían a comprar provisiones en zulqui, rezaban desde que salían hasta llegar a destino, pidiendo a Dios que los proteja.
  Todos los días, sin excepción, si pasas por su casa, y después de tomar su mate, lo vas a ver sentado en su banquito, haciendo sus deberes como el los llama. Allí se mezclan los rezos, con las canciones patrias, para Don Juan sus obligaciones, son inamovibles y sagradas.
   Dueño de un espíritu pocas veces visto, con sus 97 a cuestas, no se pierde reunión familiar, y cada vez que  puede toca su bandoneón, como solía hacer en aquellas épocas en las colonias.
Don Juan es el bailarín mas solicitado, de las hijas, nietas y familiares, ya que te baila todo tipo de ritmos, desde un paso doble, pasando por una tarantela de su amada Italia, chamame, hasta una cumbia de ahora.
   Hombrecito rudo y fuerte, que aun corta leña con su hacha, que cuida y mantiene su huerta, y que realiza sus quehaceres solito, no porque no quieran ayudarlo, sino porque el orgulloso se las apaña. Entonces no es de extrañar, que te lo cruces, sentado esperando a la sombra de un árbol, para pagar el agua, por ejemplo, o caminando a hacer sus compras, a paso lento y tranquilo, y que se pone a charlar si se cruza con algún conocido como si nada importara; el tiempo para don Foche, pasa distinto, y mientras nosotros corremos sin sentido en nuestra rutina diaria, para él, la vida transcurre tranquila, sin prisa, como  congelando cada instante para recordar mañana. También se hace tiempo para visitar sus hijos,  según me cuenta Cecy, y es de lo más  normal que se le aparezca a cualquiera de ellos, a charlar y a tomar mates; eso sí ;después de verlos un rato, pega la vuelta a su casa, donde lo esperan sus deberes, terminar alguno que otro encargue, y acostarse tempranito, ya que al día siguiente, cuando el reloj marca las 5,Don Foche arranca su jornada.
Si tengo que hablar de una anécdota especial con don  Juan , mi mente regresa de pronto a un Acto del 9 de Julio, en Nuestra Iglesia del pueblo, una mañana de esas soleadas, cuando por casualidad yo estaba con mi cámara, tomando fotos, y de repente mientras entonaban el himno, veo paradito al lado de la virgen, un hombrecito de boina negra, bien abrigado, ajeno al resto de lo que allí ocurría, cantando orgulloso nuestras estrofas patrias, mientras la miraba absorto, perdido en sus pensamientos, como quien mira a un ser que ama.
    Y es que para el abuelo de Cecy, hay dos fechas que también son sagradas: el día de la fiesta de la Virgen y la del 1 de Mayo, no importa lo que pase, el todos los años dice presente; suele formar parte de la procesión que se hace, y como todos los que vivimos  acá, se viste de fiesta y rinde homenaje. Quiso el destino que pudiera capturar uno de esos momentos, y poder expresar lo que sentí al verlo emocionarse ese día, como uno de esos bellos milagros que me regalan las calles de mi lugar en el mundo.
   Cliente fiel de su hija Mabel, Don Juan vive gracias a Dios, ajeno a muchas cosas que pasan por estos tiempos, cualidad que le envidio a mi protagonista; yo también a veces quisiera vivir, ajena a esta locura en la que vivimos inmersos, y que no nos deja muchas veces disfrutar de las pequeñas cosas, esas que realmente son importantes.
   Uno de los pasatiempos que aún conserva y que ha sabido ser una de sus tantas profesiones, es la de trabajar con curtiembres ;todavía suelen llevarle que haga rebenques por ejemplo, por mencionar algunos de sus trabajos.
     Si de enfermedades se trata, la cosa es más simple,   ya que solo se cura con una conocida marca de aspirina y un caramelo de esos fuertes si lo aqueja algún resfrió; no hay quien se atreva a contradecirlo; pero sin duda ayuda y mucho; el hecho de tener una salud a prueba de balas.
    Don Juan tiene más historia que vida, seguramente más anécdotas que años, su historia podría llenar páginas enteras, dándonos a todos lecciones de familia, de sueños, de desarraigos. Quizás un día se anime, y se decida a soltarlo.
   Los que lo quieren y lo cuidan, su familia, sus afectos más cercanos, lo disfrutan orgullosos. No cualquiera tiene en sus vidas un abuelo como Don Foche; por eso es motivo de orgullo cada vez que se acerca la fecha de su cumpleaños, en las fiestas familiares, o en los momentos cotidianos.
   La yapita de este cuento me la trae mi amiga Cecy, la ideóloga de este pequeño homenaje, cuando cuenta que una vez, para el dia del abuelo, fueron a visitarlo con Kari, su hermana a llevarles tortas fritas que guardo celosamente, y les invito Whisky con Jugo  de Pomelo, medio tempranito nomás, pues eran las 3 de la tarde, mientras las vigilaba atentamente para que no se les ocurra engañarlo con probar solo  un traguito y dejarlo. Nobleza obliga les cuento que esto paso el año pasado, así que ambas estaban aptas para ese trago, digo, por si las moscas, no vaya a ser cosa que sean tan mal pensados.
   Si le pregunto a Cecy, que ve detrás de esa mirada nostálgica que suele tener su abuelo, mi amiga responde que aunque siempre fue poco demostrativo ;sin duda alguna;cada vez que recuerda a su Esther, sus ojitos se llenan de lágrimas, entonces toma su bandoneón, y canta música de su Italia, esa que le permite transportarse a sus comienzos, a sus orígenes, a su historia de amor soñada, perdido entre sus recuerdos; y que quizás aunque sea por un ratito,  le traen un poquito a su amada.
   Este 10 de Abril don Foche cumple 98 años, y una de sus nietas, quiso homenajearlo; no fue fácil escribir estas líneas, porque mientras Cecy me la contaba, me dejo ver, ese lazo que la une con su abuelo, y que es difícil de explicar con palabras.
  Ese lenguaje de abuelo y nieta que no conoce de fronteras, ni de tiempos, ni de nada, solo es amor del bueno, de esos que te alegran el alma.
   FELIZ CUMPLE A DON FOCHE, INMIGRANTE NATO DE MI PUEBLO, QUE VINO DESDE SU ITALIA, Y HOY LO PODEMOS DISFRUTAR, AQUÍ NOMÁS, CERQUITA, EN MI LUGAR EN EL MUNDO,Y EN ESTOS TIEMPOS DIFÍCILES,DONDE SE HACE NECESARIO  VALOREMOS Y CUIDEMOS A NUESTROS ABUELOS, QUE SI LES TOCARA HOY, DAR SU VIDA POR NOSOTROS, LO HARÍAN SIN SIQUIERA PENSARLO!
  
                         HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO
                               
                               BETTY DE MOCORETÁ CORRIENTES
  
 

martes, 7 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD: HOY LA HISTORIA DE JULIETA, DE LA VIGÉSIMA A ENFERMERA Y SIN ESCALAS.



   Buenas y santas saluda el paisano que vive por acá nomás, y que hoy desconcerté pues le cambie el paisaje habitual con el que se suele encontrar cada vez que me siento a relatar.
   Mis historias son motivo de alegría siempre, y cada una tiene ese toque que la hace especial, pero esta que me tocó en suerte hoy, trae un plus además, porque pude disfrutar como hacía tiempo que no lo hacía, de una tarde distinta, de esas que a mí me gusta guardar.
   Debe ser porque la protagonista de hoy me cambio todos los parámetros, y se ocupó cuidadosamente de elegir cada detalle, para sentarse a charlar; entonces no era de extrañarse que Abel Pintos me reciba sonando bajito, y  sea testigo involuntario de un rato que difícilmente me vaya a olvidar. JULIETA  “CHULE” para los conocidos, es ENFERMERA y cada vez que le toca la guardia deja en casa a la juli mamá, y pasa a ser uno de los héroes sin capa que sale a hacer patria, por nosotros, por mi Mocoretá.
   Cuando arrancamos la charla me dice, mira que va para largo, entonces yo supe que esa iba a ser una historia diferente, así que me instale, me puse cómoda y me dispuse a escuchar.
   Nacida un 1 de Febrero de 1978, en el comedor de la casa materna, con la ayuda de su abuela paterna, doña Aurora Monti, partera de profesión, que por acá es conocida , pues supo ayudar a llegar al mundo a medio pueblo aproximadamente, y que tiene una historia linda que ya vamos a contar. Julieta es la mayor de 4 hermanos, Alejandra, María Inés y Carlitos, hija de Inés Montenegro y Alfredo “el negro” Mac Lean, mamá orgullosa de Agustín, su mano derecha, y de Eugenia, un terremotito que es una versión suya en miniatura, tía de 5 sobrinos que son su debilidad, Y por si le faltara una yapita es una de las 29 ahijadas que tiene mi papi, digo, por si les faltara algún datito más.
   El inicio de esta historia que hoy tiene una linda realidad, empieza un día, en que una inquieta y revolucionaria María Inés, tal cual la describen por acá, aparece de la nada en el negocio que  tenia su hermana,  en esa esquina del arco que todos conocemos, y le dice “Vamos a estudiar algo Juli, hagamos lo que siempre nos gustó”. En esa época se abría “enfermería “en Chajari, lo que complicaba un poquito todo, pero a las Mac Lean eso no les importaba, habían decidido cumplir su sueño sin que importe todo lo demás. Charito se sumó a la idea enseguida, y en el auto de Juli, arrancaría una linda locura que hoy en día las tiene a las 3 trabajando de lo que les gusta. Laura y Carolina pasaron a formar parte del grupo que iba a estudiar desde acá , entonces decidieron unirse y viajar todas juntas. Así que la piba que compartió conmigo una de las etapas más lindas de mi vida, mi adolescencia, se transformó en la remisera de todas, además de la compañera diaria de curso, y a eso tenemos que sumarle todos los malabares que supieron hacer entre todas para poder recibirse. Juli habla de los sueños que imaginaban cumplir en esos  interminables viajes en su incondicional auto rojo, me habla de lo difícil que fue sostener y bancar una carrera como esta, en épocas en que la economía estaba complicada y cada una tenia, además, una familia detrás por la cual responder. Las chicas se recibieron finalmente en Diciembre de 2014 después de mucho esfuerzo.
   Nobleza obliga, y aquí me tengo que frenar, para decirles que la charla que tuve con Julieta, paso por todos los estados. Ella tenía la curiosidad de saber cómo escribía mis historias, mientras pasábamos de la mirada sostenida (que no todos pueden tener y que para mí es tan importante), la sonrisa franca y real, la nostalgia de aquellos tiempos en que ambas soñábamos con conquistar el mundo, la tristeza y ese nudo en la garganta cuando recordamos etapas que nos hicieron llorar; y no puedo hablar por ella; pero para mí esa tarde, fue un hallazgo que no me esperaba. Ese día  mientras la entrevistaba, por primera vez, entendí muchas cosas que antes no había reparado en ella, y mientras ella me relataba su historia, yo pensaba para mis adentros, que teníamos más cosas en común de las que siempre imagine.

    Yo le pregunto en medio de la charla a Juli, que me diga, sinceramente, con una mano en el corazón, si al final del día, después de una jornada larga y dura por ejemplo, en el que muchas veces les toca hacer de psicólogos, además de enfermeras, o que a veces el balance de una guardia no sea el mas alegre por las cuestiones que ustedes se quieran imaginar; si vale la pena y porque; entonces ella me mira, se sonríe y me dice; claro que vale la pena bety, porque yo soy una convencida de que somos la generación de los elegidos de la era. Nosotros vamos a salir adelante, y si esta pandemia, que nos asusta tanto, nos fue puesta en nuestra época es sin duda alguna porque nosotros la podemos superar. Minas apasionadas por lo que hace si las hay;esta piba; fanática de Abel Pintos, de los cactus y de salir a andar en bici; suelta el enojo en sus palabras cuando dice, a mi me da bronca y me duele el maltrato a los niños y a los ancianos.
    Cuando le pregunto, después de escucharla contar alguna que otra situación que atraviesa en sus jornadas;y que si nosotros supiéramos; dejaríamos de comportarnos tantas veces de forma ingrata con los que nos atienden y nos cuidan, cuál es su escape después de la rutina diaria, Juli se ríe y me dice : “ yo agarro mi bicicleta, pongo Abel Pintos en mis auriculares, enfilo  por la colectora y me voy, sin tiempo ni rutina, solo me voy, en ese rato sola, me permito llorar, enojarme, desahogarme, y sacarme la mochila que traigo del laburo y vuelvo renovada. Coleccionista de cactus, es otra de las terapias que dice juli transmite buena onda, suele dedicar mucho tiempo a ese pasatiempo, y no es de sorprender que suela regalarte uno de sus hijitos como los llama ella. Un día alguien le pregunto qué planta sería definitivamente la que la identifica  y respondió justamente un cactus, y si le buscas la lógica, todo tiene que ver, ya que esta piba de pueblo, es sinónimo de resiliencia, de volver a empezar de la nada, de luchar contra viento y marea contra todos los pronósticos, de sobreponerse a situaciones difíciles ,y una convencida de que el secreto está en volver a empezar, una y otra vez.
    Hablamos de Abel y la mirada de Juli se ilumina al instante, ella suele decir que en muchas letras del bahiense , está reflejada su historia, un ejemplo de esto es un tema muy bonito, que cuando lo escuche entendí de que hablaba , llamado  “más allá de mi destino”, que la lleva a conectarse directamente con su abuelo. Una vez lo oí a su ídolo decir que las canciones solo son suyas hasta que las comparte con la gente, entonces se transforman en parte de cada uno de nosotros, que nos vemos reflejado en sus letras, y cuando alguien le cuenta que un tema le llega al corazón por alguna situación de la vida diaria, es donde el siente que el sentido con que fue escrita esta logrado.
   Le digo que elija un tema de Abel, y elige “Motivos”, sin dudar, mientras recuerda y se vuelve a emocionar como le paso al flaco una noche en Jesús María cuando lo canto por primera vez, porque Juli dice, yo siento que me lo escribió para mí, y haber sido parte de ese momento mágico, ese día, fue uno de los regalos más lindos que sin duda recibí.
    Julieta presta servicios en el Hospital Santa Catalina, hace un tiempo ya, y cuando le toca hablar de los que le tendieron una mano, los nombres de Yanina, Dahiana y mi Tia Rosa Chambi, aparecen en la charla de manera instantánea, ademas de su familia claro esta. Para cada una de ellas la enfermera de mi lugar en el mundo, tiene una palabra y un recuerdo especial, que no hace falta mencionarlo, ya que cada una de ellas cuando se encuentre en estas líneas , las sabrá interpretar. Julieta resume todo en una palabra: “Gracias”; y yo entiendo que no hace falta decir más.
   En la actualidad, se ocupa, además, de coordinar los puestos sanitarios que hay en las entradas a Mocoretá, junto a sus compañeros, los paramédicos, las fuerzas de seguridad, siempre laburando en equipo, como resalta en más de una ocasión en esta charla, que es la forma en que a ella le gusta trabajar.
   Podría mencionar los detalles médicos, y un montón de situaciones que forman parte de su vida cotidiana, pero perdería el sentir de mi blog, yo busco cuando escribo mis historias, que logren captar como yo, la esencia de cada uno de mis protagonistas, que se conozca y valore un poco más a la persona que hay detrás de cada una de las profesiones, o elegidos como dice Julieta, y me permito hacer hincapié en esto último, porque a pesar de ser un pueblo solidario, y a puro corazón, no solo como Mocoretá, sino en general, hay una materia que aún tenemos pendiente y que tristemente por estos días sale a relucir: una gran parte de los argentinos todavía nos llevamos a Marzo la materia “empatía”, cuando en vez de respetar y ayudar a los que trabajan para curarnos y cuidarnos, los discriminamos y más de una vez les hacemos pasar un mal rato.
   Juli tiene una linda historia de vida,un montón de sueños pendientes por lograr como por ejemplo ese profesorado de portugués y conocer Brasil ;y más aún ,una importante misión que ella encara en cada guardia, orgullosa y convencida de que la vamos a lograr. Cuando me pasa la foto que va a ilustrar su historia,también me deja un mensaje mas, porque en una misma imagen se reflejan dos cosas: el miedo del 1° día, y la alegría de dar lo mejor de sí. Al final de mi charla me vengo pensando en el camino, mientras las palabras se me amontonan en la cabeza y necesito soltarlas acá, que definitivamente la palabra justa para definirlos es elegidos, de aquí nomas, de mi lugar en el mundo, mi Mocoretá. La yapita de esta historia es que después de tanto tiempo, tuve la suerte de descubrir una Juli que hasta este momento me era desconocida, y me dio una hermosa lección, que me la voy a guardar.
  GRACIAS JULIETA, POR ESA VOCACIÓN CON LA QUE SALÍS DÍA A DÍA A LABURAR, CUIDARME Y POR CUIDARNOS, Y POR ESTAR A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS UNA VEZ MÁS.
                       
                                        HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO

                                                   BETTY DE MOCORETÁ CORRIENTES