martes, 21 de abril de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD:HOY LA HISTORIA DE LUIS CARDOZO



  Buenas y santas saluda el paisano que comparte conmigo historias de todos lados, y que esta vez me regalo la música que acompaña a mi protagonista.
Hoy me dejo sonar al azar, como es cábala, por las costas entrerrianas, de Soledad, vaya a saber uno porque, pero me llevo directo a los primeros discos de mi gringa, esa que me acompaña tanto, y acompañada de mis infaltables amargos, me dispuse a escuchar la historia de Luis: un enfermero de mi pueblo.
   La historia que les traigo hoy, viene de la mano de alguien que cuando me hablo del nominado para mi blog, me dejo ver una  de las cosas más lindas que yo disfruto tanto a la hora de escribir: María José, su hija, habla de su papá y se emociona, y eso me da la pauta de que ustedes cuando la lean también lo van a hacer.

  Luis, EL ENFERMERO de mi pueblo, trae su vocación de pequeño, cuando después de una congestión pulmonar que lo tuvo en cama varios días, y una enfermera que venía a diario a ponerle su inyección, descubre una de las profesiones más lindas: la de ayudar a sanar.
   Esos días complicados en cama le dejaron dos cosas que aun hoy recuerda: un amigo pequeño, hijo de aquella enfermera, con el que solía ir a la salita donde ella trabajaba, y la posibilidad de descubrir ese mundo que para el hoy es tan normal: el de la enfermería.
  Su camino en ese rubro siguió en el servicio militar, cuando debido a la capacidad en la que se destacaba cada uno tuvo la posibilidad de pasarse al sector enfermería, lo que le valió el reconocimiento de soldado distinguido. Después  de un año y medio preparándose y formándose en el ejército, realizo los trámites para ingresar a gendarmería donde gracias a su experiencia en sanidad tuvo la posibilidad de cursar la carrera de enfermería, realizando varias capacitaciones en varios lugares del país entre ellos Formosa.Luis se recibió alla por 1980.
   Por esas cosas que tiene el destino y con una familia a cuestas, Luis se traslada a Ingeniero Maschwitz, a trabajar de casero, por 5 años; así que cartel de por medio, se transformó en el enfermero de los barrios aledaños, trabajo que combinaba con el cuidado de un abuelo, y que hacía que recorra 15 km diarios para cumplir con su labor en su fiel bicicleta que lo acompañaba.
  Hasta que llegaría al fin el llamado del Hospital Robinson, uno de los tantos lugares donde había dejado su curriculum. Un 29 de Diciembre de 1990, salía su nombramiento como personal de planta permanente en aquel lugar, y como anécdota orgullosa, Luis me cuenta que  tardo 3 meses en venir a tomar su puesto, ya que se había hecho muy querido con sus patrones donde estaba, y le habían pedido que el mismo busque alguien que lo reemplace, alguien de confianza como el. Hombre estricto y de palabra Luis cumplió,  y se vino a tomar su puesto para estos pagos, recién en Marzo del año siguiente.
   Lo que lo lleva a buscar un lugar en mi pueblo, está ligado directamente a mi viejo, y una de sus tantas acciones para con los demás, que quizás a los que no lo conocen les parecerá extraño, pero para quienes lo queremos y sabemos quién es, no nos es ajeno un gesto así. Mi viejo le dijo “Luis yo te voy a dar una mano y asi fue”.
   Así llega Luis a Mocoretà, de la mano de un tordillo y con una linda mochila cargada de sueños, experiencia vivida a lo largo de su profesión y sus ganas de progresar y echar raíces.
  Lo que sigue  para la mayoría de los que vivimos acá, es de público conocimiento, y es una de las razones que hizo que María José, su hija, se emocione cuando me habla de eso. Su niña, dice orgullosa ,que se le llena el pecho de orgullo cuando suelen contarle alguna anécdota vivida con su papa el enfermero.
  Partero de tantas guardias, ya que debido a su experiencia en hospitales grandes eso hacía que el fuera el elegido cada vez que había que ir a una casa a asistir a alguna mamá que no le daban los tiempos de llegar al nosocomio de nuestra localidad. Entonces ahí estaba Luis, para las primeras  atenciones, siempre de la mano de su inseparable caja como él llama a su elemento de trabajo, acompañando al chofer de turno. Vaya a saber cuantos bebes ayudo Luis a traer al mundo, pienso yo ,mientras imagino que no ha de haber cosa más linda que estar presente en el milagro del inicio de una vida, y poder ayudar.
  Todos los que conocen al enfermero de mi pueblo saben que es alguien estricto, recto y que no lo vas a sacar fácilmente de su eje. Cuando lo ves a primera vista, parece alguien serio, y de carácter difícil, pero basta con que charles con el para darte cuenta de que solo es una fachada, muchas veces necesaria en su profesión. Porque detrás de esa seriedad fingida, se esconde un tipo  gaucho, de sonrisa cómplice, con esa templanza que hace que quienes vamos asustados, con alguna dolencia al hospital, cuando nos topamos con él, nos transmite esa sensación de que todo va a estar bien.
   Luis recuerda sus inicios en Mocoretá, cuando recién llego, partero, chofer de la ambulancia, pero feliz, siempre acompañado de Dios, lleno de vocación y espíritu, con 31 años de servicio a cuestas,y con incontables anécdotas en su haber. Recuerda con orgullo su paso también por la comisión de la Escuela 644 donde junto a sus compañeros supo hacer tantas cosas en pos de esa Institución a lo largo de tantos años, y que le han dejado grandes satisfacciones del deber cumplido.
   Su cable a tierra después de las guardias, cuando tiene tiempo libre es ir a pescar; gaucho apasionado de esta actividad me cuenta su hija ;quien me recuerda también sus años jugando al fútbol con los veteranos de Mocoretá, junto al entrañable Roque Palauro,  y tantos más.
   En la actualidad sus días se reparten entre cumplir su labor en los puestos sanitarios apostados en la localidad, donde le toco celebrar su cumpleaños hace poco, trabajando, y en el hospital, decidió priorizar su tarea en atender el seguimiento a las embarazadas de por acá, siguiendo ese espíritu de estar cerca de aquellos que deciden venir al mundo en esta época tan dura que nos toca vivir.
   En su casa es el marido de Charito, el papa de Maria Jose, Damian,Lorena y Melina, y el orgulloso abuelo de Santino, Zoe e Isabella y sus días transitan con la calma de quien sabe que todo esto va a pasar. Si te lo cruzas por la calle, me imagino que mas de uno tiene una anécdota para compartir con el, en mi caso particular, supo divertirse a costillas nuestras con su paciente calculo yo ;mas llena de mañas y acompañantes ;que nos tuvo al trote un buen tiempo, pero que cuando llegábamos al hospital, milagrosamente se le terminaban todos los males, mientras que nosotros después de un buen susto, nos tocaba volver a casa como si nada, mientras Luis que ya conocía a mi Maca, sonreía cada vez que nos veía llegar, y se ocupaba de calmar a mi guainita, y a toda la familia que venía detrás. Si pues; cada vez que a maca se le daba por darnos esos sustos; íbamos todos al hospital.
  Luis carga experiencia sobrada en su haber, acostumbrado a lidiar con muchos sinsabores a lo largo de su profesión y de su vida, pero sin duda alguna, en  todos estos años no perdió eso que lo acompaño siempre y que hace que aun hoy siga sintiendo lo mismo cada vez que se va a cumplir con sus guardias: su espíritu y su vocación de servicio. Le falta poco para jubilarse, pero algo me dice que nunca va a dejar del todo esa profesión que tanto ama.
  Si quiero saber que es una de las cosas que mas extraña de estas épocas en que nos toca vivir guardados, puedo decir sin temor a equivocarme, que una de ellas son  esos asados una vez a la semana ,con los caballeros de la mesa redonda, unos pibes con los que se junta a comer desde hace ya mas de 15 años y que forman parte de sus amigos mas entrañables. 
  Hoy es uno de los tantos héroes sin capa, firme que nos cuida en esta pandemia, que aún no nos mostró su peor cara, y me asusta, pero también me da la pauta que si hay profesionales como Luis, nada va a estar mal.
   GRACIAS CARDOZO COMO TE CONOCEMOS ACÁ POR ESE ESPÍRITU TAN TUYO Y POR ECHAR RAÍCES POR ACÁ.
                               
                           HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGO
            
                                      BETTY DE MOCORETÀ CORRIENTES
 
  
 

1 comentario:

  1. siii Luis un gran tipaso yo soy de chajari pero vivo de los siete años en Bs As charito su esposa mas que una hermana y Luis tambien .Maria Jose te conosco de bebe exelente ffamilia los Amooo

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