Buenas
y santas diría un paisano, después de un largo tiempo volvimos por aca, y la
historia que les traigo sin duda alguna esta llena de esas señales que te deja
el destino para que uno se vaya sorprendiendo asi porque si.
Y hoy les traigo la historia de mi amiga
Jole de Villaguay, que antes de empezar a
contar su romance con Sole es necesario decirles cuanto disfruto de
verla en los recitales, porque Villaguay , como le digo yo, me recibe con ese
abrazo genuino donde quiera que me ve,
de esos que te curan cualquier pena que te agobia. Asi es Jole, una mina que
anda por todos lados detrás de la sole con su inseparable Lucy, que merece un
capitulo aparte por esa lealtad y ese amor inmenso con el que acompaña a mi
amiga.
Y
para agregar un plus especial a esta historia hoy mientras suena la sole
bajito, le doy la bienvenida a mis días de blog a mi Nicolas, que atento a mis
palabras y a la música de su abuela me acompaña mientras yo escribo mis
historias.
Jole escucho por primera vez a Soledad un día
frio allá por el 97, mientras su papa, amante de los festivales de verano
disfrutaba de esos Cosquin o Jesús María con toda la familia, y así empezó un
romance con la piba del poncho que aún perdura por estos días como tantas
historias que hay detrás de la gringa de Arequito.Tambien me habla de su primer
casette , una reliquia que quedo por error en el auto de su papa y que después
jole escuchaba hasta el cansancio, o el que le pedía prestado al vecino para
poder estar más cerca de su idola, hasta que llego su primer recital en Santa Clara,
lugar al que fue con una entrada regalo de su abuela, su cómplice incondicional
en todas las locuras , como por ejemplo ir exclusivamente a hablar con el farmacéutico
del pueblo para que trajera la loción de la sole, o regalarle los viejos
casettes de esa época.
Jole recuerda las cosas mas locas siguiendo a
Sole, como hacerse pasar por camarógrafa con tal de obtener un saludo o viajar
horas interminables desde Neuquén en un motorhome con un destino claro que
marco sin duda alguna la historia de muchos de los que seguimos a Sole: aquel
mítico 10-10-10.
Mientras ella habla y los recuerdos se le
amontonan como tropel yo la imagino sonreír despertando anécdotas de todo tipo
como aquella vez que lleno con el nombre de su idola todos los bancos de la
escuela a la que asistía, hecho que como suele pasar entre buenos amigos de
secundaria tuvo la complicidad de todos a la hora de asumir culpas y que hizo
que sus compañeros de curso prefirieran limpiar entre todos los pupitres antes
que mandarla al frente.
Jole es impulsiva, derecha o de ley como
suelo decir yo , una mina que tiene la capacidad de andar por la vida con esos
valores que no suelen verse hoy día y que hace que yo la respete de esa manera.
Nosotras nos conocimos en Paraná, en uno de
esos raros destinos que me toco sola y en el que me espero ella sin saber quien
era yo y me trato como si nos conociéramos de años. Eso no me lo olvido mas, créanme
chamigos, y es por eso que hoy a pesar de tantos años cada vez que me la cruzo
compartir esos amargos con Jole es ley, como es ley ese abrazo con el que te
recibe Villaguay como le digo yo a mi amiga.
La vida hoy encuentra a Jole haciendo
realidad uno de sus sueños más importantes junto a su inseparable Lucy y eso a mí
me emociona pues si hay alguien que merece el presente que tiene esa es mi
amiga Jole.
Yo volví a compartir destinos con ella muchas
veces, el último fue Arequito 2017 y cada vez que coincidimos me vuelvo a
encontrar con la misma pibita sencilla que conocí allá por Paraná hace un montón
de años.
Gente de pocas palabras pero mirada
transparente, leal, celosa de ese mundo que hoy la tiene en uno de los momentos mas felices sin duda,
pero generosa a la hora de compartir su alegría con quienes la rodean y la
quieren
Yo me la voy a cruzar de nuevo y se que por más
que pasen los años nada va a cambiar y cada vez que me vea me va a regalar ese
abrazo que yo tanto disfruto mientras me va a decir con picardía “wep
corrientes mateamos”, como si la hubiese visto ayer nomas.
Tengo mil cosas para contar de ella como por
ejemplo esa historia tan bonita que tiene con Lucy pero eso amigos será para
otro encuentro, hoy me despido de ustedes mientras suenan los acordes de “Por
las costas entrerrianas” como coincidencia loca quizás del destino.
Los abrazo hasta el próximo encuentro
Betty Mocoretá Corrientes
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