jueves, 20 de julio de 2017

A mis amigos!!



“Es oro la amistad que no se compra ni vende, solo se da cuando en el pecho se siente, no es algo que se ha de usar cuando te sirva y nada más”… canta la piba de Arequito a quien la quiera oír; y tomo esta frase en un día más que particular para muchos, aunque personalmente soy de las que piensan que a los amigos hay que homenajearlos cada día y no en una fecha significativa, pero por estas cuestiones del marketing vio , es que nos encontramos inmersos en una vorágine de celebraciones que tienen como eje principal el 20 de Julio.
   Entonces es cuando yo me permito mirar hacia atrás  y disfrutar de los amigos que he cosechado a lo largo de los años, porque si chamigo, a mí me gusta andar y andar, y en ese trajinar fui encontrando gente maravillosa que hoy forma parte de esa fortaleza inmensa de la que yo hablo siempre y que cuido celosamente. Entonces tengo amigos de todas las edades, clases y colores como diría alguien que yo quiero mucho.
Algunos forman parte de mi vida en otros lugares, a los que no quiero volver pero que trascienden el mal trago y me dan las fuerzas necesarias para pegar la vuelta si es que hace falta, como mi amiga Daniela, la pocahontas como le digo yo, el gran Guti Fraga o las chicas de la barra loca que me reciben con los brazos abiertos si un día voy aunque sea de pasada y es como si las hubiera dejado de ver ayer.
  Otros forman parte de ese mundo tan lindo y mío que me renueva el alma cada vez que arrimo km detrás de SOLEDAD. Para mí son las luces como yo, esos  compañeros de aventuras con los que solemos renovar  un pacto de amor y magia cada vez que coincidimos en un un destino y con los cuales no hacen falta las palabras sino ese abrazo sentido que me regalan cada vez que los veo y que arman todas mis partecitas rotas de un solo tirón, y aquí nombrarlas sería injusto porque cada uno sabe qué lugar ocupa en mi corazón. Solo sé que cada vez que me sale un destino junto a ellos me invade esa alegría que no sé muy bien cómo explicar , porque se que los voy a ver y que al verme llegar me reciben con esa sonrisa franca y ese abrazo sentido que yo disfruto tanto. O esas miradas cómplices en medio del show, que dicen tanto y son invisibles al resto de los mortales, ajenos a esa magia que sobrevuela cada vez que escuchamos cantar a una muchacha santafesina que viene desde Arequito, llamada simplemente Soledad. Quizás sea la forma más fácil de responderles a aquellos que me preguntan porque me gusta tanto arrimar kilómetros detrás de mi Sole sin parar.
  Despues están esos amigos que de tantos años compartidos ya ni recuerdo mas la antigüedad, solo se que resisten el paso del tiempo sin ningún pesar, y con los que hemos compartido millones de momentos que guardo como un tesoro intacto en algún lugar de mi corazón y que a veces me gusta desenterrar cuando la nostalgia me invade.
  Esos son los amigos de mi pueblo, los de mi lugar en el mundo , los de mi Mocoretá, niños que ayer jugaban conmigo a las escondidas en el campo,y soñábamos con ser los superhéroes de  esa época disfrazados con los retazos de mi vieja que guardaba en el galpón ese que investigábamos a la siesta, escondidos  de nuestros mayores. Mis primeros amigos sin duda alguna de aquella época fueron mis adorados primos, esos con los que jugaba a policías y ladrones, o a la guerra, a armar esa casita en el árbol que armamos y por la que nos agarrábamos a sopapo limpio con quien la quisiera invadir (y  es  porque la nuestra estaba ubicada en medio del campo, en lo alto y era la envidia del barrio vecino así que teníamos sesiones de guardia y todo que tanto). En fin, los recuerdos de mi niñez son un capitulo que voy a desandar otro día porque tampoco tienen desperdicio, solo lo traje porque de pronto recordé ese olor a mandarinas con el que llegábamos después de andar de invasores de las quintas de mi pueblo , e hizo que volvieran a mi tantas aventuras con mis primeros amigos de esa época, mis primos.
 Hoy hablaba con mis amigos de la escuela y sacábamos la cuenta de cuánto tiempo hace ya que paso nuestra época de aventuras de niños y adolescentes, y pensaba yo en un tango que suele decir “20 años no es nada”. Porque para mí me parece que fue ayer que viví esa época, en la que fui niña traviesa e hiperactiva o adolescente rebelde y andariega que se la pasaba en cuanto baile hubiera en esa época, como si fuese obligación hacer acto de presencia.
 Los amigos de mi pueblo aún permanecen en mi vida y cada vez que  me los cruzo es como si no hubiesen pasado los años, porque  no cambian a pesar de que somos todos adultos . Entonces suele ser normal cruzarme al ferretero del pueblo que para los demás es señor y para mi en cambio sigue siendo “lorito”, o al profe Palauro para los demás y que para mi es el eterno Carlitos o Guaco, ese amigo que junto a Ale o el gordo Dolhartz teníamos más andanzas juntos que el correcaminos y que hacían que doña Isabel, Telma y don Coco tuvieran más que un dolor de cabeza cada vez que salíamos de gira juntos. Nancy, Araceli, Lili y Tona me traen los recuerdos de la adolescencia, esa en que soñábamos con el príncipe azul que nos rescatara, pero mientras llegara hacia que  nos recorriéramos cuanta bailanta hubiera de paso, porque vaya uno a saber dónde estaría la ubicación exacta de nuestro amor no? Es por eso que con ellas no faltábamos a ningún baile de la zona, todo iniciaba en la casa de la estación de mi pueblito, que es donde vivía Nancy y que era la sede pre salida de cuanta locura se nos ocurriera, cuantas noches en vela mirando ese cielo estrellado nos veía soñar. Puedo mencionar a Fabi, el Colo, Keko,Cuchi , los locos ricoteros de mi época y que me tenían vestida cual hippie rebelde de remera negra  y escuchando los redondos  a toda hora.
   Mi extraño favorito de  Azul , Daniel de Buenos Aires, el gran Pepe y mi Natalia Ayelen también forman parte de mi fortaleza, esos son amigos de ley como les llamo yo.  Un par de angelitos  que me guían sin dudar, el nono José y Gustavo que en alguna estrella los dos andarán y que aun sigo extrañando y me cuesta aceptar que ya no están mas.
Carina, Valeria y China son esas amigas que ya son familia,y con las que rei, llore, me emocione, creci y que cada vez que me visitan es como si fueran alguien mas de los mios.
  No los podría mencionar a todos, gracias a Dios son muchos y aun los conservo, incondicionales, leales a mi como yo a ellos, me basta salir a las callecitas de mi pueblo y cruzármelos, y los recuerdos me llegan solos, intactos, lindos, como una caricia al alma que es tan necesaria a veces, me siento afortunada amigos, porque algo bueno habré hecho para ganármelos y valen oro para mí.
  Cada uno sabe qué lugar ocupa en mi vida y no necesito un día para expresarles lo importante que son en mi vida, como yapita nomas me reservo las últimas líneas para mi vieja, mis hermanos y mi maca, que también hacen las veces de amigos en mi vida porque son incondicionales y están, no importa que tan dura sea la batalla, ellos están, y si voy de su mano se que todo va a pasar.

  Gracias a todos, por tanto y perdón por tan poco, los llevo conmigo por donde quiera que voy 

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