De nuevo estoy de vuelta ..después de larga ausencia…igual
que la calandria que azota el vendaval…suena de fondo esta vez en mi equipo
para darle rienda suelta a una edición más de estas historias de una gitana en
Soledad.
Como en otras
ocasiones suelo dejar pasar unos días para sentarme a escribir ya que uno al
volver a la realidad, o al convertirse en calabaza, como diría mi amigo Fabri,
necesita poner los pies en la tierra y conectar de nuevo con nuestra vida
cotidiana que nos espera con los brazos abiertos para seguir andando.
Pero esta vez
necesitaba acortar los tiempos quizás por miedo a que se me escape algún que
otro detalle y no quisiera eso, porque esta vez quisiera compartir con ustedes
amigos cada detalle de un sueño cumplido que no tiene desperdicios y que está
bueno poder compartir, porque en definitiva esta es la esencia de este blog:
compartir con ustedes nuestras andanzas siguiendo a Soledad.
Es por eso que esta
entrega viene en cuotas , porque quisiera que se detengan en cada mirada, cada
sonrisa, cada gesto, y cada locura que hicimos hasta llegar a “La Chaya 2018”.
Y esta vez a
excepción de muchas veces , quisiera contar ,además de agradecer un poquito a
quienes de forma desinteresada colaboraron para que nuestro sueño sea posible
ya que como dijo Jorge hay muchísima gente detrás que se nos puso a la par
cuando encaramos esta loca idea de viajar a la Chaya.
Asi que no me puedo
olvidar de Claudia quien fue la mayor responsable de que hayamos podido viajar
y que sin querer se transformó en mi compañera ideal para hacer locuras en los
viajes al estar igual de loca que yo señores, la tia de mi amigo que estuvo al
pie del cañón y no dudo, los amigos que dijeron si, nosotros los bancamos
aunque no seamos de la partida para viajar esta vez, como el dulce Lauti de
Parana, o Pia de Curuzu que no deja de sorprenderme jamás porque a pesar de los
años sigue creyendo en esta locura linda y en nosotros, Romina una de las ACV más
viejas que tampoco dudo y se nos puso a la par, Herminia, Gisell, Andrea Rader,
o Andrea Irigoy ,Vane Morell desde tierras lejanas, y todos aquellos que de una
u otra forma nos hicieron llegar sus buenos deseos para este viaje soñado.
Yo suelo ser una
eterna convencida de que los sueños están para cumplirlos pero a veces cuando
se me hacen esquivos suelo entender y dejar para más adelante sin tentar el
destino ya que eso implica moverme sola sin mis queridos ACV, y es por eso que
volviendo de Gualeguaychu, cuando Jorge y los demás me dijeron que no viajaban
me volvi con el corazón hecho un trapito pero con un rayito de luz intacto en
mi corazón porque se me vino a la mente una loca linda que ya estaba subida al
micro de Viajemos Juntos y que después inclinaría mi balanza sin dudar: Steffi
o Pettone como suelo decirle yo ,me dijo cuando le consulte días después, dale
bety, vamos, Silvio y Romy son unos copados y la vamos a pasar genial.
Entonces no lo
dude, y casi sin darme cuenta miro a mi alrededor y tengo a Jorge y a Fabricio listos para sumarse a la locura
chayera. Lo que siguió después no lo solemos contar porque queda para la
historia de los ACV y sus malabares para llegar a las giras, pero si debemos
destacar a los que nombre antes pues de esa forma puedo mostrarles amigos el espíritu
de nuestro grupo que es lo que hace que a pesar de tantos años siga intacto y nos mantenga unidos girando detrás
de la piba de Arequito que revolea el poncho.
Es que entre
nosotros la alegría se contagia como dice sole, porque cuando sabemos que uno
va a viajar, el resto acompaña como puede, con un mensajito, con una ayudita
extra como esta vez que fue muchísima, o simplemente con el pensamiento y los
buenos deseos de que a quien le toque viajar se sienta bien acompañado en su
rumbo, no importa que nos quedemos en casa, es regla en este grupo de amigos,
que quien tenga la suerte de arrimar km. Se lleve un pedacito de los que por
alguna u otra razón nos toca quedar en casa.....
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