Buenas y santas diría
un paisano que por estos días me mira enamorado pues ese duende festivalero que
me trae historias de héroes sin capa y viajeros de la sole, le trajo de regalo
una linda canción que lo lleva directamente a su china amada.
Mientras le doy
forma a una de mis historias acerca de mis héroes sin capa, hoy me levante,
mate de por medio y me puse a revisar las noticias del día como para ver con
que me iba a encontrar.
Entonces un
cartel me indica que hoy se celebra el día internacional de la enfermería, lo
que me llevo directamente a las enfermeras y enfermeros que rodean mi vida, y
de los cuales he tenido la posibilidad de poder contar alguna que otra historia
en mi blog. En ese trámite de buscarlas estaba yo cuando de pronto se me cruzo
por la mente las palabras de una morocha que hoy hace patria por nosotros en
Buenos Aires, pero que es bien mocoretaense. Eliana diciéndome lo mucho que disfruta de compartir
lo cotidiano con cada uno de sus pacientes y poder formar ese lazo que por
estos días es tan necesario a falta de esos abrazos, esos apretones que hoy se
nos niegan; me trae la necesidad de sentarme a soltar un par de líneas, para expresar lo que siento.
Y ahí supe la
palabra que definitivamente identificaría a partir de ahora a las enfermeras
con las que me toque cruzarme: a mi se me antoja llamarles ángeles de blanco.
Soles encontrártelos
de todo tipo, y para todos los gustos, algunas traen consigo la mezcla exacta
de rectitud y ternura que tiene Luis el enfermero de mi pueblo, o la templanza
y la calma que suele tener Julieta. Y si me animo a buscar un poquito mas
lejos, me voy a encontrar sin duda con la dedicación y la valentía de una
Eliana que hoy esta en primera fila en su pabellón especial para pacientes con
Covid- 19.
Todos ellos se
cargan día a día la enorme responsabilidad de cuidarnos; arrancan ese camino
que los lleva a sus guardias con una mochila repleta de miedos por los que
esperan en casa, esperanza , alegría por saberse útiles y la convicción intacta
de esa vocación que los hace fuertes aun
a pesar de enfrentarse a un enemigo invisible que da batalla sin cesar.
Eliana hace ya
muchos días que no abraza a Juan y Tomás, pero sabe que están a salvo en ese
lugar en el mundo que ambas compartimos y se llama Mocoreta. Día a día, cual
guerrera con su ambo como bandera y la
nostalgia de extrañar a los suyos a cuestas sale a darle batalla a este virus
que nos acecha, en su pabellón de enfermos con Covid 19. Luis podría tranquilamente quedarse en casa a
disfrutar de sus nietos, mientras todo esto pasa, y sin embargo elige seguir
cual guardián, cuidando de las embarazadas, y asegurarse que no les pase nada y
que aquellos niños y niñas que decidan venir a este mundo se encuentren al
salir con unas manos seguras que van a saber sostenerlos . La sabiduría que le
han dado sus años de trabajo hoy le permiten transitarlo todo ya sin prisa,
pero con ese temple que te da la experiencia. Julieta también es otra de las
enfermeras de mi lugar que podría optar por cumplir su guardia e irse a casa,
reduciendo el mínimo de riesgo para con los suyos, y sin embargo ahí la podes
ver en los puestos, trabajando en equipo, siendo la encargada de que todo esté
bien, pero sin dejar de lado la enfermera que lleva bien arraigada en su ser, y
que hace que esté al frente de la línea de batalla junto a sus compañeros de
trabajo, cada vez mas convencida de que esta es la generación de los elegidos
para ganarle a esta pandemia.
Yo a estas
alturas y con 50 y pico de días de encierro ya me gana el fastidio muchas
veces, y las ganas de salir a pasear sin rumbo, y abrazar a los que quiero y
extraño. Pero después observo la nostalgia de Eliana, la férrea determinación de
Luis, quedándose en el frente de batalla, o la inmensa generosidad de Julieta
para ponerse sobre sus espaldas su equipo de trabajo, aun a pesar de sus
miedos, y entiendo que todo lo mío es efímero al lado de estos gigantes que
cada tanto tengo la suerte de cruzarme en este lugar que amo tanto.
El día menos
pensado todo volverá a acomodarse. Seguramente voy a cruzarme a Eliana cuando
pueda venir a buscar a sus niños y visitar a los suyos. Con Luis voy a cruzar
palabra cuando acompañe a mi Nicolás a vacunarse con su mamá y nos vamos a
volver a reír de nuevo por las andanzas de mi maca de pequeña, y con Juli nos
esperan unas cuantas juntadas, cerveza de por medio y repetir esa charla linda
que me regalo aquel día que conté su historia.
Hoy aún es
tiempo de luchar, de incertidumbre, de miedos y muchos cuidados, por vos, por mí,
por los míos, por los tuyos, y por este lindo pedazo de tierra que nos cobija día
a día.
FELIZ DÍA ENFERMEROS Y ENFERMERAS DE MI PUEBLO, VAYA EN ELIANA, EN JULIETA Y EN LUIS EL
ABRAZO INMENSO A TODOS AQUELLOS CON LOS QUE COMPARTEN ESA HERMOSA VOCACIÓN QUE
ELIGIERON, PARA MI NO SON ENFERMEROS, SINO ÁNGELES DE BLANCO QUE LLEGARON A
ESTE MUNDO A CUIDARNOS Y A PROTEGERNOS.
HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA
BETTY DE MOCORETA CORRIENTES
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