Buenas y santas diría un paisano que me acompaña fielmente en mis historias detrás de la sole y de tantos otros que se dejan caer por este pequeño blog, que me permite volcar una de las lindas pasiones que tengo y tiene que ver con soltar palabras por doquier.
Generalmente mis
protagonistas llegan a mí por causalidad, y no casualidad, ya que quienes van
pasando por acá, siempre sugieren ideas y entonces conforme sigue girando el
blog, se forma una linda cadena de
historias que hace que este lindo nexo que se formó con quienes me leen
lleve tanto tiempo. Así llega a mí
la historia de Alexa, quien si bien esta vez tiene un papel destacado por estas
líneas, viene de la mano de una piba que yo quiero mucho, y que me abrió las
puertas de su gente así de puro gaucha nomás que es. Alexa es la hermana de mi
amiga Steffi, la cuñada del copado de Adrian y la tía orgullosa del lindo y
dulce Bauti.
Y recuerdo haber
oído de ella, por primera vez, viajando a la Rioja, cuando de repente, se me
sentó al lado una piba que para quienes la conocemos sabemos lo reservada que
es, y que sin embargo decidió darme el lindo regalo de tener su amistad y regalarme un pedacito de su historia. Steffy
habla de su gente con una ternura que a mí me conmueve, y que valoro tanto pues
sé que no es de soltar así nomás las cosas, y para ella su hermana Alexa es
sinónimo de orgullo, de ese amor puro y bueno, así que decidí que un día, iba a
aparecer por acá.
La piba de San
Pedro arranca contándome, que es la segunda de 5 hermanos, nacida un 27 de
Diciembre de 1986,hija de Gabriela y Sergio, y cuenta orgullosa que su niñez
estuvo teñida de la complicidad y el amor de su mamá, que a pesar de que por
aquellos tiempos, hablar de identidad de género y demás era un tema tabú, se
las ingenió para brindarle a Alexa esa libertad para poder ser libre y
disfrutar de todo aquello que sentía ganas de hacer, sin importar nada mas.
Alexa con tan solo 3 o 4 años ya había decidido que iba a hacer historia, y
planto piquete en jardín de infantes por no poder usar ese delantal rosa que a
ella tanto le gustaba, así que luego de arduas negociaciones con su mamá,
culmino con el acuerdo de que el azul seria el color elegido para llevar su
guardapolvo de jardín.
Pibas libres si
las hay, yo la llevo con mi charla a sus recuerdos de la infancia, donde
aparecen las risas, el trepar en los árboles, la complicidad con Steffy quien
se convertiría en su aliada de aventuras de aquella época y con la cual
mantiene intacto ese vínculo, como con sus demás hermanos. Alexa habla de
libertad, de reír y de soñar sin más preocupaciones en esa época que jugar.
A los 8 años,
recuerda como si hubiese sido ayer, recibe de regalo, una caja negra, con su
primer par de patines adentro, de parte de su mamá, amarillos, agrega
detallista, y con ese regalo la posibilidad de poder hacer algo que realmente
le gustaba. El club de Paraná, con una pista al aire libre que se mantiene
intacta por estos días, recibió a una entusiasmada Alexa, que de la mano de su
cómplice incondicional de un lado y los patines del otro, llegaba cargada de
miedos, ansiedad y alegría a descubrir un mundo que más adelante le daría muchas
satisfacciones.
Lo que comenzó
como un juego, se transformó en horas de
disciplina, entrenamiento, horarios, compañerismo, viajes, trofeos, clubes,
familia por mucho tiempo, pero un día Alexa sintió que algo simplemente no
encajaba en ese mundo, aunque fuera lo que más amaba, así que decidió aislarse
y dejar eso que tan feliz la hacía, tan solo por el hecho de que no sintió que
ese fuera su lugar.
Con el pasar de los años, siguió ligada a ese
mundo, sin dejar nunca de entrenar, pero alejada de las competencias, solo lo
hacía por amor al patín nomas. Habla de días de oscuridad, de lágrimas y de
caer al fondo, pero con ese espíritu intacto y esa fuerza de querer cumplir con su anhelado sueño de
convertirse en aquella mujer que realmente quería ser. A los sueños no hay que
abandonarlos dice Soledad, y esta piba es un claro ejemplo de quien se aferra a
ellos sin dudar, pero que con el apoyo incondicional de los suyos finalmente
logro hacerlos realidad.
El camino a ser
quien es hoy, es algo que se construye por dentro y por fuera , de a poco me
cuenta Alexa, y es por eso quizás que a medida que fue cambiando su aspecto,
por fuera, se fue construyendo por dentro con esa fortaleza que le permite hoy
ser quien es: una mina segura de sí misma, que lucha por sus sueños, que sin
importar que tan difícil sea, ella los hace realidad.
Un día a través
de una carta escrita de su puño y letra decide compartir con los suyos lo que
sentía por dentro y quien sentía ser. Ese acto de amor y valentía, fue un antes
y un después sin duda alguna en la vida de la hermana de Steffy, como la llamo
yo, porque ya no había lugar para grises en su historia. Era tiempo de enterrar
los miedos y decidirse a enfrentar al mundo como Alexa, le guste a quien le
guste, nada la iba a detener.
Documento en
mano, con esa identidad nueva por la que tanto soñó, fuerte una vez más, como
quien resurge de las cenizas, decidió volver a hacer eso que tanto amaba y que
había dejado en el olvido solo porque no la representaba como lo que ella
quería ser.
Así fue como
Alexa Pettone volvió a las competencias de patín y todo volvió a estar bien
entonces. El camino que siguió después, vino trayendo consigo días buenos y
malos, momentos huracanados, que la definen sin dudar. Cuando le pregunto quien
es me responde segura, soy mi familia, soy un par de cordones atados, soy
ruedas que vuelan, soy ese abrazo necesario y esa palabra justa a tiempo, una
mina de voz potente que le sirvió para defenderse y luchar por sus ideales.
Alexa no acepta
las medias tintas, no se define princesa, sino guerrera de la vida, luchadora
de la vida, que supo ganarse a pulso el lugar que hoy la hace tan feliz, pero
que sin embargo no se conformó con dormirse en los laureles del sueño cumplido,
sino que con ese corazón noble del cual me hablo una orgullosa steffy aquel día
mientras charlábamos, quiso ayudar a miles de alitas lastimadas como las llama
ellas , que cuando les toque pasar por lo mismo que atravesó su vida, les
permita saber que no están solos, que todo lo que sienten ser es posible y que
hay muchas personas como ella dispuestos a ayudar y abrazar con alas imaginarias,
ya sea a través de su libro, o una charla en alguna escuela, llevando como
bandera un mensaje de amor y empatía hacia el otro, sin juzgar, lejos de esos
prejuicios tontos que nos hacen tanto mal.
La identidad se
construye me repite Alexa, y habla de nosotros mismos, quienes la vamos armando
conforme pasan los años, y no es eso que dice la mayoría porque si nomás, la
identidad no se asigna, la vamos construyendo nosotros mismos.
Sus días
transcurren hoy en su San Pedro, feliz de ser quien es, y de repente a esta
altura de nuestra charla, tiene un gesto para conmigo que definitivamente me
termina de confirmar que aquella hermana de la que con tanto orgullo me hablo
mi amiga, y la piba que me cuenta su historia y me permite ver su alma a través
de su relato, son un mismo ser, lleno de una luz que es difícil de encontrar y
con una generosidad pocas veces vista, ya que decide compartir conmigo un poema
que ella misma escribió , que forma parte de su libro “SOY ALEXA” y que define
todo aquello de lo que hemos estado charlando en esta tarde lluviosa de mi
lugar en el mundo, y del que les dejo a continuación un pequeño fragmento:
“Dicen que las
historias deben replicarse, plasmadas en libros y, con sus páginas volar. Esta
es una que cuenta algunos días en la infancia, que comparada con otra puede
resultar familiar, como el nido en el árbol del patio de la abuela que nos
abraza en la merienda cálida del hogar. Y ahí, como la cebolla de la huerta del
fondo, me desprendo de las oscuras capas construidas, llamada sociedad. Soy
aquel niño, aquella niña que jugando a ser, lejos de esa jaula que atrapa y
lastima, solo intenta jugar”. ALEXA PETTONE PRIMER PATINADORA TRANS.
Alexa me deja con esas ganas de leer su
libro, de sentarme mate de por medio a descubrir mas de ella, de sus sueños ,
de sus vivencias y de todo aquello que
quiera contar.
Ahora entiendo
esa necesidad mía de sentarme frente a mi computadora, prepararme mis
infaltables amargos, esos de los que Steffy reclama por ley en cada viaje que
compartimos, y esa versión acústica de hermanas que en la voz de mi Sole se me
antoja escuchar.
Gracias Alexa
por esta generosidad tuya de compartir en mi pequeño espacio tu historia,
menuda responsabilidad escribir sobre alguien que suelta líneas tan lindas, que
te llegan a lo mas profundo de tu ser, esta vez el regalo fue para mí, llegó
una vez de la mano de Steffy, esa piba que yo quiero y que me regalo su lealtad eterna. La yapita de este cuento fue esa ansiedad repentina de esta tarde, el
escribirle a mi amiga y decirle que por alguna razón y de la misma forma que me
llegan todas mis historias, era el momento justo para contar la de su hermana, y que cuando empezo a hablarme las palabras se me amontonaron en tropel y no pude hacer otra cosa mas que sentarme a plasmarlas.
HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGOS
BETTY
DE MOCORETA CORRIENTES
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