Buenas y santas me reporto en estos momentos con más alegría que
nunca, desde la República de Corrientes, como diría un paisano, para traerles
otra historias de las que a mí me alegran el alma. Y para contarles la de hoy, decidí hacer caso a la gente que
sabe, y escuchando un buen consejo de Martín que decidió sumarle un granito de
arena a esta idea loca que tuve de contarles la historia de todos los que hoy
nos toca cuidarnos, es que me fui a una fuente privilegiada e inobjetable que
tengo la suerte de tener ahí nomas, del otro lado del muro de casa y tiene más
historias que el diablo mire pa que se dé una idea.
Porque Martín tiene razón en una observación
acertada que me hace, y es que para contar historias de hoy, tenemos que mirar
un poquitito al pasado y volver donde nuestra historia de pueblo, a buscar una
referencia de algún héroe que mucho antes que nosotros supo hacer patria a su
manera y que hoy más que nunca está bueno poder nombrarlo. Entonces le pregunto
a mi papi, que es mi fuente inagotable y sabia, quien fue el mejor comisario
que tuvo el pueblo para el, y papa me
responde sin dudarlo, mientras se le dibuja una hermosa sonrisa, que me indica
a mí que logre abrirle un lindo baúl de recuerdos. Papa me dice, el mejor
comisario que tuvo este pueblo fue Anastacio “Chiro” Paniagua, mi compañero de
baile y de andanzas, allá en esas épocas que íbamos a los bailes de las colonia
a caballo. Las andanzas del “tordillo” como le dicen a mi papi y su amigo “chiro”,
son una yapita que me guardo para más adelante y no tienen desperdicio créanme,
pero para eso me van a tener que esperar un rato mas; hoy me sirven de
referencia para contarles la historia de mi amiga Daiana, Day para mí, una
negra de ley como esas de los relatos que me cuenta papa del pasado.
Conozco a Day y a sus hermanos desde
pequeña, y forma parte también como la mayoría de las personas de mi lugar en
el mundo, de alguna anécdota que tenemos en común, porque en los pueblos chicos
es inevitable y todos nos relacionamos de alguna u otra forma en algún momento.
Tuve la suerte de ver como arrancaba su profesión
ya que por esos tiempos yo hacía radio, otra de esas pasiones mías que me hace
tan feliz y que extraño tanto y ella arrancaba
a estudiar para ser policía allá por el año 2007. Entonces para empezar
a contar su historia, arrancamos con todo lo que ustedes ya saben y que no
puede faltar en mi relato. Mate en mano, la música de Soledad que esta vez me
canta bajito un tema de María Elena Walsh, que hoy, en estos tiempos de
incertidumbre nos toca una fibra muy linda cada vez que la escuchamos. Suena de
fondo “ la cigarra” mientras yo me concentro en escuchar atentamente a mi
amiga, que me trae detalles de su vida que yo desconocía y que hoy me hacen
entenderla aún más acerca del porque eligió esta profesión a la que hoy se
dedica en cuerpo y alma.
Day vuelve sin querer recordando, a esos días en que recién empezaba, cuando le
toco viajar a Paso de los Libres para poder estudiar, dejando a su pequeño
Tamir de 4 años, con su mama, con todo lo que eso implicaba, pero segura de que
todo ese sacrificio seria lo que le daría sus frutos una vez que se recibiera y
pudiese trabajar en su pueblo: porque ese era el sueño de Daiana; desde
pequeña, soñó con ser policía y trabajar en su lugar en el mundo.
La profesión que eligió sin duda alguna no
es de las más habituales, ya que en esa época una policía mujer no era algo que
uno encontraba seguido, pero a mi amiga eso no le importaba, como tampoco esos días
en que la tristeza por estar lejos de los suyos le ganaba la partida, o el
hecho de tener que aprender a viajar sola, a dedo, sin la ayuda de nadie más
que su mama que incondicional estaba.
Cuando al fin se recibió su primer destino
fue un pueblito mucho más pequeño que el nuestro bety me cuenta,Guaviravi, a 80
km de Paso de los libres y lejos de mis
mapas, mientras me habla de todos los malabares que tenía que hacer para llegar
a cumplir con su guardia, desde salir a la madrugada viajando sola, a pasarse días
sin poder volver a su casa. Así llego después el destino Paso de los Libres,
Bompland, Juan Pujol, hasta que finalmente un día allá por 2011, mi amiga recibía
una noticia que sin duda alguna cambiaría para siempre su vida: el traslado a
prestar servicio en el lugar que la vio crecer y donde tantas veces soñó de
chica poder trabajar de lo que ella amaba.
Así pego la vuelta a su lugar en el mundo,
con toda la carga que eso lleva, porque déjenme decirles, sin temor a
equivocarme, que no debe haber nada más complicado que tener que poner la ley
en casa. Después la vida por esos golpes a los que nos tiene acostumbrados,
para probarnos quizás para ver que tan fuertes somos, hizo que tuviera que
pasarse a la parte administrativa, labor que aunque parezca sencilla no lo es , por la enorme responsabilidad que
eso implica.
Pero todo esto
cuando llego a esta parte se me hace pequeño cuando nos toca situarnos en la
actualidad y en el momento que Day pasa a formar parte de esos héroes involuntarios
que para que nosotros podamos estar en casa a salvo, les toca poner el pecho y
contrariamente a lo que nos recomiendan todos de aislarnos en casa, se exponen
todos los días a ese enemigo invisible que hoy nos tiene a todos atemorizados.
Day me habla del momento en que tuvo que dejar su
licencia y presentarse a prestar servicios en estos días complicados, y es ahí donde
yo me detengo sin prisa y mientras ella me relata que ese día, abrazo a su compañero
de vida, a su hijo antes de salir de casa, y por primera vez , en un gesto que
no suele ser propio de ella, ya que me cuenta que le cuesta ser demostrativa
con aquellos que ama, le dijo cuanto los quería, y salio a “hacer patria”, con
un nudo en la garganta; yo sonrió por primera vez en la charla y pienso para
mis adentros, que suerte tengo de poder tenerla cerca y contarla entre los míos,
esos que yo tanto quiero y mezquino de aquí nomas en mi lugar en el mundo. Mi
amiga, desde que arrancó su guardia no volvió a su casa, por elección propia ya
que al estar tan expuestos, encontró en ese gesto, una forma de proteger a los
que mas ama. Sé que le toca una tarea difícil, que sus días se mezclan con la sensación
del deber cumplido, con la frustración de que a veces los que deberíamos entender
las cosas por ser justamente adultos, nos comportamos como niños y nos
desquitamos con los que solo cumplen órdenes, de velar por nuestra seguridad,
de tratar de mantenernos a salvo.
Day, se
detiene en su relato y me habla de la preocupación de su mamá, de sus hermanos,
los mellis, ambos en las fuerzas también, cada uno con la parte que le toca, de
su hermana enfermera que convive a diario en uno de los lugares donde hoy por
hoy está todo más complicado, de su hermano camionero que recorre las rutas
para que no nos falte nada.
Todo por estos días
es incertidumbre y miedo, a mi me cuesta diferenciar a la policía de mi amiga,
para mi ambas son iguales, debe ser porque cada vez que la cruzo me saluda como
siempre y me sonríe cómplice, por algún comentario mío que siempre suelo
soltarle.
OJALA TODOS SE
ENCUENTREN EN SUS VIDAS UNA MINA COMO DAIANA, UNA NEGRA DE ESAS DE LEY COMO
DICE PAPÁ QUE SUPO LUCHAR POR SU SUEÑO Y QUE HOY A PESAR DE ESTAR LLENA DE
MIEDOS NO DUDA EN SALIR A LAS CALLES, Y APORTA SU GRANITO DE ARENA LUCHANDO
PARA QUE TODO ESTO PASE, YO ME LA VOY A SEGUIR CRUZANDO, Y SIN IMPORTARME SI
ANDA DE CIVIL O DE UNIFORME, AQUÍ EN MI LUGAR EN EL MUNDO, ME VOY A PONER A
CHARLAR COMO SIEMPRE QUE COINCIDIMOS EN ALGUNA PARTE!
La yapita de este cuento es que cuando todo esto pase, y volvamos a nuestras vidas normales, en vez de decirle gracias de esta forma que puedo hoy, además voy a poder volver a abrazarla y contarle cuanto la quiero en alguna bailanta de esas que a las dos nos gusta disfrutar hasta que las velas ardan, como diría mi vieja y esos dichos que siempre saca de la galera y que me hacen reír con ganas.
HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA CHAMIGOS
BETTY MOCORETÁ CORRIENTES
Gracias Daiana y Betina...
ResponderEliminarMe encantó el relato Betty. Y la prima Day una genia🥰
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