Buenas y santas diría un paisano que vive en
mi pueblo y que hoy por esas cosas del destino lo veo pasar de lejos y me
levanta la mano desde lejos sin
detenerse a charlar conmigo como hace siempre y a compartir un mate amargo como
suele hacer cada vez que pasa y me ve sentada en mi patio.
Llevo tiempo sin sentarme a escribir el blog
de la gitana,y no es porque no me anda visitando el duende festivalero que me
trae historias, sino mas bien por la cotideaneidad que me abruma y me hace
postergar aquello que me hace tan feliz como lo es sentarme a contarles
historias que conozco girando detrás de la chica que revolea el poncho.
Es por eso que hoy me tomo la licencia de no
traer ninguna historia nueva, sino mas bien , desempolvar algún que otro
recuerdo que nos trae inevitablemente esta cuarentena de tiempos difíciles que
dios mediante superaremos todos juntos. Es tiempo de quedarse en casa, de
cuidarnos, cuidar a los nuestros y sobre todo, cuidar al otro, pensar en el
otro por una vez,y de repente nos encontramos haciendo esas cosas que habíamos postergado
por la vorágine de la vida misma, y que nos hacen tan bien.
A mi me hace feliz sentarme a escribir y
volcar en mi blog esas historias que me trae ese duende que hoy descansa en un
letargo en el que estamos sumidos la mayoría, pero que pronto nos va a tener de
nuevo girando detrás de esa gringa loca llamada Soledad.
Soy una privilegiada, porque no suelo
detenerme leyendo mis escritos, y al tomarme el tiempo es como volver a pasar
de nuevo por el corazón de cada uno de aquellos que se han tomado un minuto de
su tiempo para abrirme su corazón y contarme su historia de amor con la Sole,
entonces inevitablemente sonrío cuando leo la historia de cada uno de mis
queridos amigos de vivo girando, pensando que debo pedirle a los que faltan que
se pongan las pilas y me la cuenten, o que cuando leo los capítulos de Silvio y
Romy, me vuelva a emocionar como cada vez que tengo la posibilidad de charlar
con ellos, porque la pucha que es una linda historia de amor la de mis amigos,
y expresan tal cual mis palabras cada uno de los sentimientos que me han
transmitido cuando la compartieron conmigo, Vero de Lobos, Fatima, Juli, mi
querida Pia, Jole, y no quiero olvidarme de ninguno de ellos, porque hoy
definitivamente como nunca me puse del otro lado y me dispuse a leer de nuevo
cada uno de sus sueños y volver a emocionarme, como cuando me toco
compartirlas; hoy por un rato deje de ser la gitana que relata historias para
convertirme en una lectora mas; y me puse en el lugar de cada uno de mis
protagonistas.
La música que acompaña mi relato y que me
olvide de mencionar al principio es el último recital que brindo desde su casa
Sole y que nos trajo tanta alegría a todos aquellos que encontramos en su música
un poco de paz, curar aquellas heridas que tardan en sanar, y buscar alguna que
otra respuesta para volver a empezar. Es muy difícil no lagrimear cuando la
vemos emocionada en la tele por ejemplo, y si, porque si ella llora, lloramos
todos, porque es auténtica y genuina como pocas y nos deja ver su alma aunque
este encerrada entre cuatro paredes, cada vez que nos canta. La música de
Soledad a quienes la seguimos nos sana, nos alegra el corazón, nos da ese
rayito de luz que necesitamos para tomar impulso y darle rienda suelta a esta
vida tan difícil que a veces se nos pone cuesta arriba, entonces ella de la
nada, como si supiera que la necesitamos aparece y nos propone un vivo desde su
casa, y nos canta tan bonito, se emociona, juega como esa niña del 96 que nunca
la abandona, ríe, nos canta en un acústico que nos llena el alma y que hace que
cobre vida esa magia que aun no sabemos explicar de que se trata, pero que
viene a ser testigo en primera fila de la renovación de un pacto de amor entre
esa gringuita santafesina y sus luces como nos llama ella, que ya lleva
veintitantos años.
Cada uno conecta de una forma distinta con ella,
cada tema que ella nos canta nos toca una fibra diferente en cada ser y nos
perdemos en ese instante con ella que
solo nosotros sabemos. Soledad nunca abandona a su gente dice el gran Silvio y
una vez mas nos lo demuestra. Por un rato volvemos a girar con ella como si estuviéramos
de festival en festival detrás de su voz, y nos da un impulso que pa que les
cuento mire, no lo se poner en palabras, solo me nace sentirlo y quererlo
contar.
A mi me llena de pilas, lloro inevitablemente
mientras la escucho cantar, me emociona leer que hay tantos amigos que aparecen y le dejan
mensajes como yo, porque es como si los abrazara personalmente a cada uno de
ellos, me da una alegría ver que estamos todos, que somos uno solo viendo a
Soledad, con la mayoría de ellos tengo alguna anécdota que recordar, y créanme ,
en mi caso es un rato que difícilmente vaya a olvidar.
Me hubiese gustado contarle a la gringa que
cumpli un viejo sueño, detrás de un tema que canta como nadie ella cuando
visité Mantilla hace poquito, e hice el recorrido que tantas veces le oir
recitar; y es que es tal cual el chamame ese pueblo, con sus casitas en hileras
debajo de los arboles, pero esa es una historia que merece una entrega especial
y que más adelante contare sin duda alguna, porque todos deben saber que lo que
canta mi Sole es verdad chamigo y que sin duda alguna el cielo de Mantilla es
infinito y especial.
Por hoy ya me extendí demasiado chamigos,
tampoco los quiero aburrir,son días de reflexión, de compartir con los que mas
queremos, por estos lados me quedo abrazada a mi Nicolas, que ya baila
chacarera y canta con la “Shoe”en su
media lengua mientras me zapatea cada vez que le pongo la música que tanto me
alegra y pone mi alma a cantar, mientras a la distancia comparto con Gissell,
Debby, Romy, Herminia y seguimos volviendo loco a nuestro docente amigo Fabri
que según el ya esta en cuarentena con nosotras hace tiempo y amenaza con
abandonarnos cada dos por tres, pero que después resignado acepta que nos
quiere y lo queremos asi nomas y todo vuelve a empezar.
Queria pasar y contarles un poquito lo que
siente esta gitana inquieta que cuenta historias a través de Soledad, los
quiero a todos, los abrazo fuerte, y los veo si Dios quiere pronto cuando todo
esto pase, porque esto también va a pasar, mientras suena como un lindo
presagio “compadre que tiene el vino” en la fiesta del chamame y el recitado
del Padre Zini me da un hermoso golpecito al corazón.
Hasta la próxima chamigos
Betty de Mocoreta Corrientes
No hay comentarios:
Publicar un comentario