Buenas y santas dice el paisano que me saluda
todas las mañanas, pero que esta vez a la distancia, como un presagio de lo que
les traigo, me dedica un verso que me
alimenta el alma. Entonces ya me predispone de otra manera, mientras arranco
con el primer mate que déjenme decirles cada vez me salen más ricos, y mientras
de fondo suena bajito, la Sole que me acompaña con una "Zamba de amor en vuelo" que mientras la escucho y arranco mis líneas se me antoja muy lejana.
Así arranco a contarles acerca del protagonista
de mi cuento de hoy, y si me dejan detenerme en los detalles como cada vez que
empiezo a relatarles, esta vez la que esta nerviosa soy yo , pues el dueño de
mis palabras hoy, además de ser una eminencia en lo que hace, escribe unos
versos tan bonitos, que "pa" que les voy a contar como decimos por mis pagos, y muchas veces sus libros me han
hecho soñar sin miedo ni prisa sentada en el patio de mi casa, con el paisaje privilegiado que por suerte me toca pisar.
Pero hoy no les
vengo a hablar del poeta de mi pueblo como le digo cariñosamente a Gustavo
Tisocco, para eso están a Dios gracias, muchos expertos; yo les traigo un pequeñísimo
homenaje al Doctor Tisocco, neonatólogo del Hospital Santojjani y el Sanatorio
San Lucas de San Isidro.
Mocoretaense de pura cepa, por acá lo conocemos como Gustavo, el
hijo de Rosita y Negro, el hermano de la seño Mirta, del abogado Hernán, el
sobrino del tordillo, como le dicen a mi papi y el primo, amigo o conocido de
otros tantos.
Gustavo se fue a los 17 años del pueblo que
lo vio nacer detrás de sus sueños, a
Corrientes a estudiar medicina, y acá inevitablemente se me aparecen sus versos
que tantas veces me han acompañado, porque recuerdo haber leído por ahí , de su
primer mueble, de su almohada, un escrito que se los recomiendo, porque habla
del esfuerzo de un pibe de pueblo, para lograr lo que tanto anhelaba, de las
empanadas que Rosita hacía para vender y el laburo de su papa negro para que su hijo estudie, para
que pueda llegar a ser alguien. Entonces yo me permito emocionarme como me va a
pasar tantas veces a lo largo de mi relato, porque a pesar de los años, a pesar
de los incontables viajes por el mundo, o de los reconocimientos que logró
gracias a sus libros o a su trabajo, Gustavo jamás perdió su esencia de pueblo,
nunca se olvidó de sus orígenes, y repite a quien quiere oírlo, como una
bandera orgullosa: que el es mocoretaense por donde quiera que vaya.
Después de recibirse, se instaló en Buenos
Aires, donde se especializo en pediatría, en el Hospital General de niños Pedro de Elizalde, y de ahí realizó una subespecialidad en neonatología ,en la maternidad
de Santa Rosa, que depende del Hospital de Vicente López, donde se recibió y se
dedicó exclusivamente a los recién nacidos, a los bebes prematuros, que según
me relata Gustavo suelen pesar apenas 400 o 500 grs. a veces y, gracias a los
cuidados de médicos como él, de la tecnología que hay gracias a Dios en nuestro
país, llegan a ser hombres y mujeres de bien. Lo noto cómodo mientras me habla
del área donde trabaja a diario, y me
cuenta con esa sencillez que yo tanto admiro
en el pero que no me sorprende, que muchas veces le permite crear un
vínculo también con las familias de sus pequeños pacientes, ya que a veces
suelen estar internados 4 o 5 meses, razón por la cual el vínculo con la
familia se hace inevitable y tan necesario.
Para el doctor Gustavo Tisocco, esta
pandemia que hoy nos asusta tanto y a la que le hacemos frente como podemos,
aferrándonos además de los cuidados que nos piden, a Dios que nos protege y nos ayuda,
no le es ajena, porque ya se ha topado a lo largo de los años que lleva al
frente de su profesión con epidemias, y cosas bastante bravas. Sin embargo ahí
una vez más estuvo intacta esa vocación que lleva en el alma, y que sumado a
esos versos que tan bien le salen, hoy son parte de esas anécdotas que cuenta
en su haber como superadas. Yo me pregunto qué significan para el su profesión
y sus versos, y el me responde como si adivinara, que ambas profesiones le
alimentan y curan el alma, mientras por capricho quizás del destino, acá, el cielo que asoma a mi ventana se deja
ver radiante y azul como los ojos del pibe de
mi lugar en el mundo que son idénticos a su papá.
Por eso esta amenaza que hoy nos tiene tan
preocupados para él no es ajena, la respeta, la combate desde su lugar, pero no
deja que le gane la partida, si bien sabe que probablemente le va a tocar más
de un caso, en mamas embarazadas o en bebes recién nacidos, tiene la seguridad
de que a esta batalla, si nos cuidamos entre todos, y tomamos las medidas
necesarias, si le hacemos caso a los héroes de turno como Gustavo que hoy tiene
la inmensa tarea de curarnos, a esta
también la ganamos.
Es muy difícil separar al médico del poeta,
para contar este relato, pues de ambos tengo cosas lindísimas para decir y
estaría horas sentada seguramente, pero hoy elijo detenerme en ese pibe de mi
pueblo, que me deja como último mensaje antes de finalizar la charla, que los
sueños nunca deben abandonarse, que las cosas con sacrificio siempre se alcanzan,
que no debemos abandonar nunca nuestros orígenes, y que todo lo demás,
simplemente, pasa.
Yo personalmente y como yapita, me quedo con
el Gustavo poeta de mi pueblo, y cada vez que tengo la posibilidad de leerlo,
me transporto como en los cuentos de hadas a cada lugar que me lleva en sus
versos, sin poder evitarlo, pero hoy más que nunca me pongo de pie y aplaudo
con todas mis fuerzas al Doctor que vive en Buenos Aires, y que mientras yo me
quedo en casa, sale a dar batalla por todos , día a día, con miedos, pero con
esa vocación que no lo abandona aun a pesar de los años que lleva ejerciendo.
Por acá Rosita lo espera como siempre, con
esas empanadas que disfruta tanto cada vez que viene al pueblo, con la emoción
con que lo recibe su papa negro, y sus hermanos que están tan orgullosos de su
trabajo, mientras que yo me dejo llevar por los versos del poeta, y me olvido
de toda esta locura un rato.
Los veo en la próxima historia, de héroes
sin capa que hoy les toca salir a cuidarnos. GRACIAS GUSTAVO POR ESE GRANITO DE
ARENA, POR ESOS VERSOS, POR ALEGRARME EL ALMA TANTAS VECES, DIOS TE ILUMINE
ESAS MANOS QUE TIENEN LA POSIBILIDAD DE
RECIBIR ESOS ANGELITOS QUE LLEGAN A NUESTRAS VIDAS A REVOLUCIONARLA, HASTA
PRONTO POETA DE MI PUEBLO, CUIDATE GUS QUE POR ACÁ TAMBIEN VELAMOS POR VOS QUE
TODOS LOS DIAS SALIS A HACER PATRIA!
BETTY
DE MOCORETÁ CORRIENTES
Gracias Betina, gracias por el afecto y la emoción, Gus.
ResponderEliminar👏👏👏Gracias Gustavo hermoso lo q entregas dia a dia felicitaciones😘😘
ResponderEliminarExcelente descripciòn de un ser tan maravilloso.
ResponderEliminarHola Betty: qué hermoso lo qaue escribís sobre Gustavo, al que quiero mucho, por esa solidaridad que marca todos sus emprendimientos, por ser médico, poeta, y creador del Blog Mispoetascontemporaneos que ha traído la unión de tantos poetas. Todo lo que decís es muy merecido.
ResponderEliminarCon cariño Irene Marks
Yo también me quedo en casa!!!
Emocionante!!!
ResponderEliminarhuy que lindo Bety cuantas cosas lindas y tan reales ,de nuestro GUSTAVITO nada que agregar indudablemente es la mejor persona ,mil bendiciones para ese gran luchador,y tambien para vos que dios te siga iluminando la mente para describir tan bien todo lo que sentis.-
ResponderEliminarDe las personas más auténticas y verdaderas que conocí en mi vida. Hermoso lo que escribiste Betty.
ResponderEliminarQué lindos homenajes,sra Betina. Tuve ocasión de conocer a Gus y disfrutar su poesía,pero como persona me consta que admirable. Es ineludible quererlo
ResponderEliminarExtraordinaria tarea, que Gustavo ejerce con profesionalismo y poesíá!! Abrazo, Gus!!
ResponderEliminarA todos!!gracias!!como les dije..es muy facil pintar al poeta de mi pueblo,porque por aca nos conocemos todos de pequeños;y gustavo siempre fue igual;hombrecito de ojos transparentes tan parecidos a loa de su papa!es mi forma de decirle gracias!
ResponderEliminarGracias Betty, hermosa nota. Un grande mi tío, lo quiero mucho.
ResponderEliminarMateo.