domingo, 29 de marzo de 2020

EL DIARIO DE UNA GITANA EN SOLEDAD: HOY LA HISTORIA DE RAUL "LA PIKI" ROLON


    Buenas y santas dice el paisano que alegra mis relatos y que me trae cuentos de por aquí nomas, esta historia que aquí les traigo, tiene un  protagonista muy especial, y cuando llego a mí; me sorprendió gratamente por dos razones; la primera es porque quien me la pidió es alguien a quien  quiero mucho; que yo llamo cariñosamente Tweety, y que formo parte de ese grupo de amigos que tengo desde mi adolescencia, hace un par de añitos ya, y que por cosas del destino había perdido contacto; y gracias a una de mis historias tuve la inmensa alegría de recuperar. Entonces cuando hoy recibo un mensaje diciéndome “que lindo lo que escribís bety, ¿me regalarías una historia de mi papá? Simplemente no pude negarme, ya que mi querido amigo mientras íbamos dándole forma a esta idea que él quería contar, de repente dejo de enviarme audios y solo escribía, dato que solo me indicaba una cosa que no hacía falta que me diga Oscar, que las emoción que se le anudaba en la garganta no lo dejaba hablar, porque con esa simpleza que lo caracteriza, quiso que todos conozcan la historia de su héroe, de su querido papa.
    Raúl Oscar Rolon, llego a este mundo un 2 de Febrero, allá por 1962,hijo de don Onofre y de doña Secundina, ambos oriundos de Pedro R. Fernández, más conocido como Mantilla, fue uno de los 12 hermanos que vino a escribir su historia, por aquí por Mocoreta,y por estos lados se lo conocía como “la piki”, según cuentan los que lo trataban; que ese apodo le llego  ya que era muy celoso de su hermana, a la que llamaban cariñosamente así, entonces a modo de broma le decían de esa manera porque a el no le gustaba, y hoy si recorres y preguntas en el pueblo, nadie lo recuerda por su nombre, pero si preguntas por “La piki Rolon” todos te van a saber contar.
    Futbolero como pocos, según dicen por acá, mítico jugador de la primera del CAM, con quien salió campeón en el 84. Cuando le preguntas a Juan Antonio Brarda, Alias “pistola”, el técnico en esa época, define a mi protagonista con las palabras exactas, que ni hace falta agregar más. Juan dice:” Piki era un chico de barrio, de potreros, humilde, de familia numerosa, donde no sobraba para comprar botines, pero que amaba el fútbol como sus hermanos. También recuerda risueño, que no era titular del todo porque era un poco vago y haragán, pero que cuando lo convocaba, solo hacían falta un par de indicaciones,  y estaba a punto para salir a jugar. El PIki tenía magia en sus pies dice su entrenador, y lo querían de los grandes clubes, siempre, pero a eso él no le interesaba, tipo de tranco lento, buenazo, sonrisa sincera, a él le gustaba jugar, por el amor a la pelota y nada más.
     Sus hermanos cuando hablan de él, resaltan esa unión, y recuerdan con cariño esas tardecitas de fútbol, en esa canchita improvisada que tenían frente a su casa, eso sí, después de realizar las tareas que indicaban los viejos, y después si; cada uno en su puesto, porque también estaban organizados cada cual con su lugar, se dedicaban a jugar.
    Carlos, uno de sus hermanos, alias “calandria” con quien Piki supo vivir y trabajar en Federación ya cuando eran más grandes, y adonde había emigrado en busca de su futuro, nos hace de cómplice voluntario mientras cuenta que aun hoy, suelen acordarse del zurdo que solía hacer magia en los veteranos, habla del recuerdo de la hinchada de estudiantes, y del cariño que le tenían todos en la zona, ya que la historia de ese jugador de pueblo, que andaba muy bien jugando al fútbol, tampoco era ajena por aquel lugar.
  Pero Carlos hace hincapié en la época que eran pibes, cuando solían jugar en los potreros, en las distintas canchas de Mocoretá, de los torneos en las Colonias, donde solían organizarse para participar, habla y relata emocionado de lo importante que era para ellos, esos partidos que se armaban entre los vecinos, así entre gurises nomas,y algo me dice que al igual que mi amigo Tweety, también le cuesta hablar, pues a veces el hecho de abrir la caja de recuerdos, de alguien que ya no está, nos lleva a soltar un lagrimón rebelde, que no se puede frenar.
      Y otra vez, me gana ese nudo en la garganta, pues mientras escucho lo que aporta cada uno de los que querían al papá de mi amigo, se me viene una frase que me dijo Oscar cuando me pidió que arme la historia de su papa: Supo decir las palabras mágicas.  Me dijo mi viejo amaba a tu papa bety, y siempre contaba orgulloso todo lo que supo hacer por Mocoreta. Quienes me conocen saben que el tordillo que todos conocen, para   mi no es más ni menos, que simplemente mi papa, y todos tambien saben, que por el tengo esa debilidad que tampoco les se explicar.
Mientras los varones hablan de las travesuras en los potreros, de los amigos de Mocoreta, las hermanas de Piki recuerdan las vacaciones en Mantilla, donde solían pasear, sin ninguna preocupación alguna más que jugar a las escondidas, en esas callecitas de tierra que aún se conservan intactas como en esa época, el trayecto de ida en el tren que cuando llegaba a la estación de Mantilla, significaba para ellos el comienzo de travesuras innumerables, en esas casitas que se ubican debajo de los árboles, en hilera, tal cual reza el chamame de Teresa Parodi, y que yo amo tanto en la versión de mi querida Soledad. Hablan de las tardes comiendo mandarinas, o algún fruto de aquel lugar. La voz de Tere, una de las hermanas de Piki, recordando esas aventuras sin duda alguna te invita a hacer ese viaje imaginario aquellos días, porque al escucharla relatarle a mi amigo, se le nota esa nostalgia linda que solo la puede transmitir quien lo ha vivido.
     José, alias “pele”otro de sus hermanos que gracias a esa habilidad que tenía para hacer jueguitos, se ganó ese apodo, cuenta que un día trabajando en una obra de electrificación del Roca, se les presento la posibilidad para probarse en Lanús, pero que al llegar a la puerta del club , su inseparable compañero se echó para atrás y no quiso entrar, ya que dijo que ahí adentro seguramente lo iban a tener cortito, y el jugaba al fútbol, sin obligaciones, tan solo por el hecho de jugar, porque amaba ese deporte sin ataduras ni reglas.
    Susana, aparece para poner su granito de arena, y es quien detiene una vez mas mi relato, ya que escucharla emocionada hablando de esa complicidad que tenía con su hermano, de las incontables veces que el supo estar allí , cada vez que ella lo necesitó, con ese lazo invisible e irrompible que solo te da la sangre, es que yo necesito respirar para poder continuar, porque déjenme decirles chamigo, que me pase estas líneas enteras, con las lágrimas a flor de piel.
    Calina, como le dice Tweety a su abuela materna, también deja asomar emocionada, su aporte sobre el papa de mi amigo; después de un montón de intentos por hablar, ya que dice un par de palabras y las lágrimas no la dejan continuar. Ella nos deja asomar un pequeño bosquejo de la historia  de Nancy y Raúl. Habla del amor con que formaron su familia, de los valores que les inculcaron a Oscar y a sus hermanos, y de los buenos gestos que tuvo Piki para con ella. “De tu papá solo tengo recuerdos lindos dice una emocionada Calina, que apenas puede hablar, perdida en lindos recuerdos, que hoy también quiso contar. La nota de color me la da justamente ella cuando habla de las proezas de futbol del piki y nacho, y de la que ella, al igual que Laura, la hermana de Tweety hace hoy con su querido CAM, solía formar parte acompañándolos como una hincha incondicional.
     Podría mencionar cada lugar por donde anduvo el protagonista de mi historia de hoy, y seguramente tendría material para armar un libro, juntando recuerdos de las cosas lindas que sembró la piki por donde anduvo, y que aún hoy todos recuerdan, pero me pareció que a esta altura no son necesarias ya, porque por acá hemos desandado bastante historia, contada en primera fila por su familia, mientras pienso que cuando mi amigo lea mis lineas seguramente me dará la razón.
     Siempre escribo sobre historias   donde los protagonistas me relatan ellos mismos su vida, entonces es preciso mencionarles que este cuento solo pudo ser posible por una razón que ya les conté al principio: por el pedido de un pibito de sonrisa fácil, tan igualita a la de su papá, a quien le tengo un cariño que permanece intacto aunque no lo vea hace mucho tiempo ya, que hoy me regalo una de esas tardes distintas, y que se puso a desempolvar recuerdos, para buscarme información que me permitiera armar el rompecabezas, de la historia de su gran héroe: Su papa.
    Termino mis líneas con un nudo en la garganta, pues hace rato que no escuchaba tanta dulzura volcada en voces recordando a alguien, es como si de repente hubiésemos estado todos juntos, en el patio de casa, mate de por medio y cada uno de ellos contara las huellas que dejo en sus vidas este hombrecito de andar manso, de sonrisa franca,  mezcla de tristeza y picardía, que por estos lados conocemos como “La Piki Rolon”.
   Ojala y mi historia provoque en mi amigo un poquitito de lo que yo sentí  a lo largo de todo mi relato , como les dije anteriormente, no suelo hacer este tipo de historias; me cuestan un  poco más; entonces hice lo que suelo hacer cada vez que algo se me hace esquivo, y no lo sé expresar así nomas: me preparo unos amargos, pongo bajito algún chamame que suene y solo me dejo llevar, tuve al mejor cómplice del mundo, pues esto solo fue posible gracias a que a Oscarcito se le ocurrió poner en palabras la historia de su papa.

                                     LOS VEO EN LA PROXIMA HISTORIA CHAMIGOS!  

                                                       BETTY MOCORETA CORRIENTES

                                                         
                                                   








12 comentarios:

  1. Bety... Amiga mía.. gracias gracias por acariciarme el alma. Tan hermoso lo que escribis y más aún ahora con mi papá. Te quiero mucho y mil gracias.

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  2. Tweety querido!!guricito de corazon enorme y noble!!amigo mio de esa epoca de adolescentes pibe;donde se forjan las verdaderaa amistades que resisten el paso del tiempo!es muy lindo el gesto que tuviste para.con tu viejo,como no iba a colaborar!!un abrazo!

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  3. Muy buena historia soy José el hermano de PIKI gracias

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  4. Muy buena narración y el mejor de los recuerdos, Raul querido siempre en mi corazón, abrazos al cielo y gracias x todo, una anécdota más, esos botines con los q salió campeón en el 84, me los había regalado y obviamente los lucía en la canchita cuando nos juntábamos a jugar, se me vino a la memoria cuando ví la foto, hermosos recuerdos.

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    1. Jajaja qué bueno!!!! Los puma!!!fanático de esos botines... Se puede saber quién sos? Qué lindo recuerdo.

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  5. Un genio la Piki rolón. En paz descanse.

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  6. Un genio la Piki rolón. En paz descanse.

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  7. Gracias jose!a ustedes por colaborar con el gesto de mi amigo para con su papa!yo solo le puse palabras a sus recuerdos!y es gratificante saber que pude llegar al corazon de los que lo querian tanto

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  8. Soy Chano,hno del Piki,es verdad lo de el se dice en este diario,muchas gracias por recordarlo de esta manera,soliamos jugar juntos,y nos dabamos los pases de memoria, y a el le causaba risa,siempre lo recordare asi,gracias por sus amistades y los que los conocieron como el Piki Rolon.

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  9. Un grande Piky. Se lo recuerda con cariño.

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  10. Lo que el viento se llevo es el pasado y sus rostros como las fotos viejas que palidecen y necesitas mas luces para verlas o sera que se te llenan los ojos de lagrimas quien sabe no? Lo que la vida se llevo no son solo nombres, recuerdos, momentos don rsas caras y sus gestos junto a la pelota o el arroyo o mandarinas robadas de alguna chacra se llevo momentos vividos intensos y de los otros, y tantos seres queridos la pucha me emociono tu relato

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  11. X favor que emocionante un Amigaso muy prontito nos veremos Piki..Amigaso del Alma...todavía tengo el traje que me regaló en mi querido mocoreta cuando yo era CACHAPECITO

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