Buenas y
santas dice el paisano que alegra mis relatos y que me trae cuentos de por aquí
nomas, esta historia que aquí les traigo, tiene un protagonista muy especial, y cuando llego a mí;
me sorprendió gratamente por dos razones; la primera es porque quien me la
pidió es alguien a quien quiero mucho; que yo llamo cariñosamente Tweety, y que formo parte de ese grupo de amigos que
tengo desde mi adolescencia, hace un par de añitos ya, y que por cosas del
destino había perdido contacto; y gracias a una de mis historias tuve la inmensa
alegría de recuperar. Entonces cuando hoy recibo un mensaje diciéndome “que
lindo lo que escribís bety, ¿me regalarías una historia de mi papá? Simplemente
no pude negarme, ya que mi querido amigo mientras íbamos dándole forma a esta
idea que él quería contar, de repente dejo de enviarme audios y solo escribía,
dato que solo me indicaba una cosa que no hacía falta que me diga Oscar, que
las emoción que se le anudaba en la garganta no lo dejaba hablar, porque con
esa simpleza que lo caracteriza, quiso que todos conozcan la historia de su
héroe, de su querido papa.
Raúl Oscar Rolon, llego a este mundo un 2
de Febrero, allá por 1962,hijo de don Onofre y de doña Secundina, ambos
oriundos de Pedro R. Fernández, más conocido como Mantilla, fue uno de los 12
hermanos que vino a escribir su historia, por aquí por Mocoreta,y por estos
lados se lo conocía como “la piki”, según cuentan los que lo trataban; que ese apodo le
llego ya que era muy celoso de su
hermana, a la que llamaban cariñosamente así, entonces a modo de broma le
decían de esa manera porque a el no le gustaba, y hoy si recorres y preguntas en el pueblo, nadie lo recuerda por
su nombre, pero si preguntas por “La piki Rolon” todos te van a saber contar.
Futbolero como pocos, según dicen por acá,
mítico jugador de la primera del CAM, con quien salió campeón en el 84. Cuando
le preguntas a Juan Antonio Brarda, Alias “pistola”, el técnico en esa época,
define a mi protagonista con las palabras exactas, que ni hace falta agregar
más. Juan dice:” Piki era un chico de barrio, de potreros, humilde, de familia
numerosa, donde no sobraba para comprar botines, pero que amaba el fútbol como
sus hermanos. También recuerda risueño, que no era titular del todo porque era
un poco vago y haragán, pero que cuando lo convocaba, solo hacían falta un par
de indicaciones, y estaba a punto para
salir a jugar. El PIki tenía magia en sus pies dice su entrenador, y lo querían
de los grandes clubes, siempre, pero a eso él no le interesaba, tipo de tranco
lento, buenazo, sonrisa sincera, a él le gustaba jugar, por el amor a la pelota
y nada más.
Sus hermanos cuando hablan de él, resaltan
esa unión, y recuerdan con cariño esas tardecitas de fútbol, en esa canchita
improvisada que tenían frente a su casa, eso sí, después de realizar las tareas
que indicaban los viejos, y después si; cada uno en su puesto, porque también
estaban organizados cada cual con su lugar, se dedicaban a jugar.
Carlos, uno de sus hermanos, alias
“calandria” con quien Piki supo vivir y trabajar en Federación ya cuando eran
más grandes, y adonde había emigrado en busca de su futuro, nos hace de
cómplice voluntario mientras cuenta que aun hoy, suelen acordarse del zurdo que
solía hacer magia en los veteranos, habla del recuerdo de la hinchada de
estudiantes, y del cariño que le tenían todos en la zona, ya que la historia de
ese jugador de pueblo, que andaba muy bien jugando al fútbol, tampoco era ajena
por aquel lugar.
Pero Carlos hace hincapié en la época que
eran pibes, cuando solían jugar en los potreros, en las distintas canchas de
Mocoretá, de los torneos en las Colonias, donde solían organizarse para
participar, habla y relata emocionado de lo importante que era para ellos, esos
partidos que se armaban entre los vecinos, así entre gurises nomas,y algo me
dice que al igual que mi amigo Tweety, también le cuesta hablar, pues a veces
el hecho de abrir la caja de recuerdos, de alguien que ya no está, nos lleva a
soltar un lagrimón rebelde, que no se puede frenar.
Y otra vez, me gana ese nudo en la
garganta, pues mientras escucho lo que aporta cada uno de los que querían al
papá de mi amigo, se me viene una frase que me dijo Oscar cuando me pidió que
arme la historia de su papa: Supo decir las palabras mágicas. Me dijo mi viejo amaba a tu papa bety, y
siempre contaba orgulloso todo lo que supo hacer por Mocoreta. Quienes me
conocen saben que el tordillo que todos conocen, para mi no es más ni menos, que simplemente mi papa, y todos tambien saben, que por el tengo esa debilidad que tampoco les se explicar.
Mientras los
varones hablan de las travesuras en los potreros, de los amigos de Mocoreta,
las hermanas de Piki recuerdan las vacaciones en Mantilla, donde solían pasear,
sin ninguna preocupación alguna más que jugar a las escondidas, en esas callecitas
de tierra que aún se conservan intactas como en esa época, el trayecto de ida
en el tren que cuando llegaba a la estación de Mantilla, significaba para ellos
el comienzo de travesuras innumerables, en esas casitas que se ubican debajo de
los árboles, en hilera, tal cual reza el chamame de Teresa Parodi, y que yo amo
tanto en la versión de mi querida Soledad. Hablan de las tardes comiendo
mandarinas, o algún fruto de aquel lugar. La voz de Tere, una de las hermanas
de Piki, recordando esas aventuras sin duda alguna te invita a hacer ese viaje
imaginario aquellos días, porque al escucharla relatarle a mi amigo, se le nota
esa nostalgia linda que solo la puede transmitir quien lo ha vivido.
José, alias “pele”otro de sus hermanos que
gracias a esa habilidad que tenía para hacer jueguitos, se ganó ese apodo, cuenta que un día trabajando en una obra de electrificación del Roca, se les presento la
posibilidad para probarse en Lanús, pero que al llegar a la puerta del club ,
su inseparable compañero se echó para atrás y no quiso entrar, ya que dijo que
ahí adentro seguramente lo iban a tener cortito, y el jugaba al fútbol, sin
obligaciones, tan solo por el hecho de jugar, porque amaba ese deporte sin
ataduras ni reglas.
Susana, aparece para poner su granito de
arena, y es quien detiene una vez mas mi relato, ya que escucharla emocionada
hablando de esa complicidad que tenía con su hermano, de las incontables veces
que el supo estar allí , cada vez que ella lo necesitó, con ese lazo invisible
e irrompible que solo te da la sangre, es que yo necesito respirar para poder
continuar, porque déjenme decirles chamigo, que me pase estas líneas enteras,
con las lágrimas a flor de piel.
Calina, como le dice Tweety a su abuela
materna, también deja asomar emocionada, su aporte sobre el papa de mi amigo; después
de un montón de intentos por hablar, ya que dice un par de palabras y las lágrimas
no la dejan continuar. Ella nos deja asomar un pequeño bosquejo de la
historia de Nancy y Raúl. Habla del amor
con que formaron su familia, de los valores que les inculcaron a Oscar y a sus
hermanos, y de los buenos gestos que tuvo Piki para con ella. “De tu papá solo
tengo recuerdos lindos dice una emocionada Calina, que apenas puede hablar,
perdida en lindos recuerdos, que hoy también quiso contar. La nota de color me
la da justamente ella cuando habla de las proezas de futbol del piki y nacho, y
de la que ella, al igual que Laura, la hermana de Tweety hace hoy con su
querido CAM, solía formar parte acompañándolos como una hincha incondicional.
Podría mencionar cada lugar por donde
anduvo el protagonista de mi historia de hoy, y seguramente tendría material
para armar un libro, juntando recuerdos de las cosas lindas que sembró la piki
por donde anduvo, y que aún hoy todos recuerdan, pero me pareció que a esta
altura no son necesarias ya, porque por acá hemos desandado bastante historia,
contada en primera fila por su familia, mientras pienso que cuando mi amigo lea
mis lineas seguramente me dará la razón.
Siempre escribo sobre historias donde los protagonistas me relatan ellos
mismos su vida, entonces es preciso mencionarles que este cuento solo pudo ser
posible por una razón que ya les conté al principio: por el pedido de un pibito
de sonrisa fácil, tan igualita a la de su papá, a quien le tengo un cariño que
permanece intacto aunque no lo vea hace mucho tiempo ya, que hoy me regalo una
de esas tardes distintas, y que se puso a desempolvar recuerdos, para buscarme información
que me permitiera armar el rompecabezas, de la historia de su gran héroe: Su
papa.
Termino mis líneas con un nudo en la
garganta, pues hace rato que no escuchaba tanta dulzura volcada en voces
recordando a alguien, es como si de repente hubiésemos estado todos juntos, en
el patio de casa, mate de por medio y cada uno de ellos contara las huellas que
dejo en sus vidas este hombrecito de andar manso, de sonrisa franca, mezcla de tristeza y picardía, que por estos
lados conocemos como “La Piki Rolon”.
Ojala y mi historia provoque en mi amigo un
poquitito de lo que yo sentí a lo largo
de todo mi relato , como les dije anteriormente, no suelo hacer este tipo de
historias; me cuestan un poco más;
entonces hice lo que suelo hacer cada vez que algo se me hace esquivo, y no lo sé
expresar así nomas: me preparo unos amargos, pongo bajito algún chamame que
suene y solo me dejo llevar, tuve al mejor cómplice del mundo, pues esto solo
fue posible gracias a que a Oscarcito se le ocurrió poner en palabras la
historia de su papa.
LOS VEO EN LA
PROXIMA HISTORIA CHAMIGOS!
BETTY MOCORETA CORRIENTES
Bety... Amiga mía.. gracias gracias por acariciarme el alma. Tan hermoso lo que escribis y más aún ahora con mi papá. Te quiero mucho y mil gracias.
ResponderEliminarTweety querido!!guricito de corazon enorme y noble!!amigo mio de esa epoca de adolescentes pibe;donde se forjan las verdaderaa amistades que resisten el paso del tiempo!es muy lindo el gesto que tuviste para.con tu viejo,como no iba a colaborar!!un abrazo!
ResponderEliminarMuy buena historia soy José el hermano de PIKI gracias
ResponderEliminarMuy buena narración y el mejor de los recuerdos, Raul querido siempre en mi corazón, abrazos al cielo y gracias x todo, una anécdota más, esos botines con los q salió campeón en el 84, me los había regalado y obviamente los lucía en la canchita cuando nos juntábamos a jugar, se me vino a la memoria cuando ví la foto, hermosos recuerdos.
ResponderEliminarJajaja qué bueno!!!! Los puma!!!fanático de esos botines... Se puede saber quién sos? Qué lindo recuerdo.
EliminarUn genio la Piki rolón. En paz descanse.
ResponderEliminarUn genio la Piki rolón. En paz descanse.
ResponderEliminarGracias jose!a ustedes por colaborar con el gesto de mi amigo para con su papa!yo solo le puse palabras a sus recuerdos!y es gratificante saber que pude llegar al corazon de los que lo querian tanto
ResponderEliminarSoy Chano,hno del Piki,es verdad lo de el se dice en este diario,muchas gracias por recordarlo de esta manera,soliamos jugar juntos,y nos dabamos los pases de memoria, y a el le causaba risa,siempre lo recordare asi,gracias por sus amistades y los que los conocieron como el Piki Rolon.
ResponderEliminarUn grande Piky. Se lo recuerda con cariño.
ResponderEliminarLo que el viento se llevo es el pasado y sus rostros como las fotos viejas que palidecen y necesitas mas luces para verlas o sera que se te llenan los ojos de lagrimas quien sabe no? Lo que la vida se llevo no son solo nombres, recuerdos, momentos don rsas caras y sus gestos junto a la pelota o el arroyo o mandarinas robadas de alguna chacra se llevo momentos vividos intensos y de los otros, y tantos seres queridos la pucha me emociono tu relato
ResponderEliminarX favor que emocionante un Amigaso muy prontito nos veremos Piki..Amigaso del Alma...todavía tengo el traje que me regaló en mi querido mocoreta cuando yo era CACHAPECITO
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